miércoles, 16 de julio de 2025

Día 12/30 (fin)

 Camino al hospital me pediste hablar. Yo ya sabía lo que iba a ser: me querías dejar. Racionalmente, no tenía sentido, ¿no? Si querías pelearlo tan solo unos días antes, si esto lo hacías por nosotros, si la relación valía la pena y las dinámicas se podían solucionar, si podíamos arreglarlo. 

Pero intuitivamente sabía que si contactabas tú, no sería positivo. Ya nunca lo era. Respiré. Al final estaba preparado, me había dicho que si querías soltar, no te podía perseguir más. Ni por nosotros, ni por mí y por quienes tenía cerca.

Comenzaste enfadada, por lo que había borrado. No habías pensado que aún te estaba esperando, que lo hacía por cuidarme y no por castigarte. No pude evitar que me hiciera gracia. O que no hubieras pensado en contestarme a mi petición de no dejarme en silencio y sólo durante un mes (mínimo). "Pensé que si no te contestaba, ya se daba por hecho". Innecesariamente cruel.

Después, el mensaje en rodeos. No te preocupes, te entiendo. Hasta el final. "Ahora mismo" decías. "En este momento". Aún hoy no se si de verdad lo creías. Un "no eres tú, soy yo" en toda regla. Pero da igual. "Retroceder para avanzar bien (juntos)". ¿Eras consciente de lo que me iba a doler esa esperanza? ¿Cómo dejas a alguien y le dejas esa soga?

Estoy contento de cómo reaccioné. Nunca me desvíe de mi mensaje. Yo quería continuar, trabajar y veía el camino. Pero a la vez ya había aceptado que ese camino era cosa de dos, no de uno. Dije lo que pensaba, aunque tampoco te peleé demasiado cuando discutiste. "No es que me haya rendido". De acuerdo. Te dije que te quería, que te había visto en mi vida. Me dijiste que tú a mí también. "Pero...".

Te pedí que te alejases de mí. Lo aceptaste a regañadientes (y no lo cumpliste demasiado). Quizás ya estabas acostumbrado a escucharlo. Pero esta vez iba a ser verdad. Mientras fuímos pareja, "vínculo" o "algo", yo me mantuve a tu lado. Esta vez sería distinto, pero no valía la pena amargarnos al final diciéndotelo. Al final, era algo que me iba a corresponder a mí. 

Nos dijimos que nos queríamos y así de absurdo se terminó. Por teléfono, después de 2 semanas de silencio, de 6 semanas de no ser pareja, 4 meses desde la primera vez que me dejaste. A las puertas de un verano de haber convivido, planes, el resto de la vida. Quizás te dió vértigo. Quizás fuiste tú la que nunca quiso hacerlo realidad. Qué más da. Solo se que los "nosotros" del enero en Molins no se hubieran creido que sobreviviríamos a todo menos al ser de verdad. Que conseguimos lo que nunca pensamos en poder conseguir para caer donde caían todos los demás.

Así que me despedí y seguí camino. Me necesitaban. No pude procesar y eso hizo que una semana más tarde fuera yo el que no se pudiera mover. Pero eso es otra historia que ya no pertenece aquí.

Día 12. Día 0.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Di "amigo" y entra