domingo, 20 de octubre de 2019

El pack completo

[Octubre 2014] La clave del cambio es haber comprendido que tú no solo quieres lo que ves de una persona, primero, o incluso lo que hay más allá, segundo. Si quieres a una persona, la aceptas en su conjunto, tercero, incluyendo su vínculo hacia ti. Compras el pack completo, si pretendes aceptar solo a la persona en "sí" te dolerás hasta el final del camino si la faceta que te toca no es la que tú querrías. Supongo que por eso se perdonan las mentiras, las infidelidades, las palabras bruscas, el frío. Porque eso que fluye hacia ti es parte de lo que has aceptado y quieres y abrazas.

sábado, 13 de julio de 2019

Julio 2011

[Julio 2011] Me encontraba hoy dándole vueltas -como se nota que ya no tengo que estudiar - a la siguiente cuestión: ¿qué tiene una novia, entendiendo como tal la que pueda echarme yo a mi edad y sin pretensiones casamenteras, que no pueda sustituir un grupo de viejos amigos y una aventura de verano?

No, en serio, pensadlo bien. Sé que hay unas cuantas cosas, pero dejando de lado el tema del "amor" y su cóctel de drogas, creo que no queda mucho.

[Joe, qué feliz qué era]

martes, 21 de mayo de 2019

El rey de la tarima

[Diciembre 2014] Con frecuencia no se escoge el lugar o el momento de las primeras veces. Miento, los más románticos, empedernidos, víctimas de su autocontrol, probablemente sí. Hacen ajuste fino -cuántas veces no lo he hecho yo- de cada circunstancia y lugar, para elaborar un disparo preciso en la memoria ajena y en la propia. Hacer el momento mecánicamente irrepetible.

Luego, están las otras veces. Las incómodas porque la arena entra en cualquier parte, porque llueve afuera y los padres pueden llegar en cualquier momento.

No, no me sirve la comparación. Incluso estas últimas requieren cierta preparación.

Hay cosas que definitvamente no puedes elegir cuando llegan, no se pueden ver venir. En vez de un disparo preciso, es un mazazo primario. Una rotura súbita, un tunel a los primeros instintos. Y no se desencadena por líricas elaboradas elaboradas ni melodías profundas y complejas. No, en absoluto. Una letra cualquiera; el 8 por 8, la elegancia; los tambores, lo básico. Y de pronto eres varias veces tú mismo, concentrado en el mismo cuerpo, el corazón se ríe a carcajadas con impulso creciente en cada vuelta. No hay dos brazos conectados, son múltiples ligas enroscadas al otro ser y una consciencia casi total de cada movimiento, arqueo y mirada de la rival y compañera. Boom.


viernes, 22 de marzo de 2019

23:39

[Marzo 2015] Tres es un buen número. Del dos aún se sospecha la casualidad y si falla uno la misión se condena al fracaso, cuatro jugadores son inmanejables y multitud; uno también es un buen número pero puede ser injusto en las cosas de dos. Tres.

Textos, son un buen recuerdo, ha valido la pena. Uno más y hubieras tenido nombre.

Canciones, creo que sí.

Oportunidades, ofrecimientos, rechazos. Respectivamente pueden ser error, duda, más que es la tercera sino propósito.

De nuevo, quizás hemos vuelto a hacer el cierre en frío. Pero después de tres oportunidades, bueno, era cuestión de elegir de qué forma salir.

So long, and goodbye.

martes, 29 de enero de 2019

Y se hizo de día

[Marzo 2015] Y se hizo de día y, como suele pasar en estos casos, al alba éramos dos desconocidos

Dos historias diferentes brotan ahora en el espejo. La una, la del corazón de mimbre, el origen real, el de las cosas como tienen que pasar. Realidades de asfalto, traumas, desengaños y despechos, calentones y arrepentimientos. La otra, la del cuarto sin ventanas, o con una ventana a otro lugar. Sueños de significado, ganas, curiosidad sin miedo, sentimiento de hacer lo que está bien aunque no sea lo correcto.

Yo escojo la mía, con los bolsillos rotos, con semillas de promesas desperdigadas por la tierra. Con tiempo a raudales hasta el principio del salto. Intentar explicarte mis consecuencias, como si fueran a importar, en uno y otro caso. Cierto que esta vez pudiera ser diferente, viendo que cada hoja de coraza caía y se perdía en los estanques gemelos. 

Intuyo que te veré acercarte despojado de las pocas cubiertas que uso en el día a día. O será el corazón de mimbre viéndote irte sonriendo con lo puesto.

El tiempo dirá.