sábado, 27 de febrero de 2010

Jugando al Singstar con una flauta.

Más bien al Rockstar, que es algo parecido en cuanto a la mecánica. Tienes que cantar la canción, y unas barras que se llenan te indican cómo de agudas o graves son las notas. En teoría también se valora el hecho de ir pronunciando la letra además de entonarla, pero en la práctica puedes conseguir la misma puntuación cantando que haciendo mmMMM mM MM MMMmmmm... etc xD

La chica del vídeo lleva esta triquiñuela a un nuevo nivel. Si lo único que cuenta es entonar... ¿para qué cantar cuando se te da mucho mejor usar las manos?

¡Deeentro vídeo!




PD: hablando de singstars, ayer me di cuenta de que por muy grave que sea mi voz, ¡resulta que a la hora de cantar sigo mejor a mecano que a kutxi! ¿Debería preocuparme?

PD2: la tía es una máquina. Canción bonita tocada por ella misma al piano y flauta simultaneamente aquí.

martes, 23 de febrero de 2010

Comentarios ¿habilitados?

Entristecido por la carestía de opiniones en las últimas entradas del blog, y con cierto sentimiento de "jo, ya nadie me quiere", se me ha ocurrido la brillante idea de comprobar si los comentarios funcionaban. Bueno, pues parece ser que no. No sé por qué, pero no dejaba escribir. Mis disculpas si alguien iba a opinar y ha acabado pensando que soy un ególatra que le basta con leerse a sí mismo. He cambiado el formulario, espero que ahora ya no haya problemas. ¿Algún lector amable que me lo verifique?

lunes, 22 de febrero de 2010

Estar enamorado más de 6 meses puede ser patológico.

Hace un tiempo salió un artículo que mencioné aquí según el cual era efectivamente posible morir de amor. En la línea de estudios científicos/psicológicos que afirman que estar enamorado no es tan bueno como lo pintan los cuentos (y como creo yo), hoy he visto en la portada de menéame el siguiente artículo: 

"Sostienen que estar enamorado más de seis meses puede ser patológico".

Dejando claro desde el primero momento que quien lo afirma es un científico de renombre, hay unas cuantas frases que me han llamado la atención:

"Vivir en el estado de encantamiento por más de seis meses puede ser patológico. Es un estado muy cercano a desórdenes mentales, como la depresión, el desorden bipolar o el obsesivo-compulsivo."

"Con el tiempo focalizamos también en el enamoramiento, que tiene varios síntomas: la persona no puede dormir, no puede concentrarse en otros temas, y sólo tiene una obsesión por el enamorado."

Sinceramente, yo no me considero una persona excesivamente estable emocionalmente, pero aún así nunca me ha ocurrido nada similar. Lo cual, obviamente, me hace plantearme si alguna vez he llegado a estar enamorado. Aunque, si los síntomas son esos (además de otros tan descriptivos como "mariposas en el estómago), casi que prefiero ahorrarme la experiencia. ¿De verdad alguien puede pasarse así varios meses y no sufrir los efectos de la ley Darwin?

Dejando aparte el tema del sufrimiento, el texto también contiene otra afirmación interesante(aunque ésta ya la conocía):

"Desde la ciencia del amor, nos hemos dado cuenta que los perfumes de alguna manera van en contra de la evolución. Porque necesitamos oler al otro y no enmascararlo, porque cada ser humano puede usar el olfato para descubrir si hay una histocompatibilidad con la otra persona. Por eso, es tan bueno el baile y la transpiración"

Esto, en pocas palabras, viene a decir algo que ya está de sobra comprobado: un factor subconsciente muy importante a la hora de elegir pareja es su olor. Efectivamente, se ha comprobado que somos capaces de detectar a través del olor cosas tan dispares como el hecho de que el sistema inmunológico de la otra persona es compatible con el nuestro, lo que redundaría en ventajas genéticas para nuestros descendientes. Es decir, si sois capaces de detectar bien el olor de alguien, es que vuestro cuerpo os está mandando señales.

Y otro hecho de sobra demostrado pero poco extendido hoy en día: fijarse en los pechos y caderas de las mujeres, o en el dinero y la posición social de los hombres, no es en absoluto característico de machistas o trepas. Por herencia genética, los machos buscan signos de fertilidad en las hembras(caderas anchas, pechos desarrollados), mientras que las hembras buscan machos capaces de garantizar su futuro y el de su progenie.

Ya sé que estas cosas hoy en día no están bien vistas, pero es tan ridículo ser machista/hembrista como negar ciertos aspectos científicos.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Nunca mezcles tu blog con tuenti / Despedida.

Hasta ahora, y últimamente con más frecuencia, he intentado que escribir en el blog me sirviese por un lado como vía de desahogo, y por el otro para intentar escribir textos que merecieran la pena ser leídos. El "problema" es que, al menos en mi caso, ambas cosas suelen ir unidas. Me explico: para que me salga algo medianamente decente tengo que recurrir a lo que pueda sacar de dentro, lo que tiene como consecuencia que al final me he implicado mucho en los textos. Alguna exageración por aquí y algún retoque por allá, pero en esencia lo que he ido escribiendo es lo que soy, lo que voy viviendo, lo que pienso o siento.

Siendo consciente de que cada vez más el blog se volvía más personal, más espejado, no me preocupaba sin embargo que aquí entrase gente conocida. Los que me leen y además me conocen en persona suelen ser sujetos y sujetas que conozco de hace ya años y, en fin, la confianza da asco, ya lo sabéis. Pocas cosas nuevas habrán visto o leído. Y si algo les ha sorprendido, no me preocupa que ellos lo sepan, las amistades crecen de una forma o de otra, hay quien cuenta una historia o se confiesa tomando cañas, y hay quien lo hace de otras formas. Como ésta.

La situación ha cambiado. A principio de año, con el cambio de facultad y todo eso, decidí que no era buena idea (evidentemente) que la gente que fuera conociendo supiera de este sitio. Demasiado "poder" sobre mí, por decirlo de alguna manera. O, por decirlo de otra, si alguien fuera lo bastante curioso y se pusiera a leer lo que ha ido apareciendo por aquí, adquiriría un "conocimiento" que no creo que deba ser entregado gratuitamente. En fin, es un poco complejo de explicar, pero creo que me entendéis. Nadie repartiría fotocopias de su diario entre sus compañeros de clase.

El caso es que hace unos días, de alguna forma, se rompió la frontera. No ha habido ningún daño, ha caído en manos amigas, pero me preocupó la facilidad con la que todo esto podía quedar expuesto sin que yo me enterase siquiera. Y eso me ha hecho tomar la decisión que ya se habrá notado. Voy a separar de nuevo los dos ámbitos. Cierro y empezaré de nuevo en otro sitio.

A los que me conocéis: sabéis de sobra donde encontrarme; y los "caminantes" les digo que nos encontraremos pronto de nuevo (yo voy a seguir visitándoos, si quereis aprovechar para huir ahora que os doy la oportunidad, lo entenderé =P). El nuevo lugar tardará un poco en estar operativo, quiero aprovechar para ver si mejoro un par de cosillas (como poner etiquetas a las entradas, usar una plantilla nueva... etc xD).

Y nada más, que gracias a todos y nos vemos.

Nota posterior: finalmente volví...

lunes, 15 de febrero de 2010

**

De verdad que cada vez que observo como le miran los chicos se me parte un pedacito de alma. Ella está recién liberada de una relación de años y rebosa de ganas de comerse el mundo. Ellos no dejan de prenderse de su aura. La cortejan y ella se deja querer, sin darse cuenta de la deuda que está contrayendo, deuda que no podrá pagar.

Hasta en las frías facultades de Ingeniería caen corazones día sí, día también.

viernes, 12 de febrero de 2010

Paréntesis.

Acabo de pelearme con mi hermano pequeño. Yo he sangrado y él lleva un par de moraduras.

Nah, que nadie se alarme, mi segunda confesión no es que sea un violento pega hermanos canijos. Es que es su forma de darme la bienvenida. Encima el chavalín, a sus 16, acaba de empezar a dar clases de Taijutsu y está que se flipa, ha tardado 10 minutos en intentar hacerme una llave estrangulante. No lo hace mal, al final he necesitado darle un par de mordiscos para que me dejase tranquilo (mordiéndome mi pobre labio inferior en el proceso, pero es que estaba en juego mi honra).

Ay, que después de dos meses sin verle ahora resulta que casi es tan alto como yo. Y casi tiene la misma fuerza. El día que me pueda mi hermano pequeño tendré que reconocer que oficialmente me he hecho mayor. Cielos.

PD: acabo de darme cuenta de que he escrito "Taijitsu". Quería decir "Aikido". La edad, es la edad.

miércoles, 10 de febrero de 2010

De cómo no quedar bien.

Fíjate que no me gusta que hablen de mí a mis espaldas. Esta vez creo que puedo hacer una excepción.

Hace poco hice un traslado de universidad, sin cambiar de carrera, lo que viene siendo ese proceso administrativamente tan agradable conocido como "continuación de estudios en otra universidad española". Y ocurría que, en las conversaciones de cortesía que comenzaba a tener con unos y otros, estos chicos de la capi me soltaban aquello de "bueno, pero en (mi ciudad de origen, nombre en clave: Aldea) es más fácil". Y me sonreía, pensando (americanada total, lo reconozco) que ya les demostraría lo que tocaba.

Llegaron y pasaron exámenes y la sonrisa se escondió acojonada bajo la lluvia de losas que resultaron ser los exámenes. Sí, en mi Aldea era más fácil. No se impartía menos nivel en las clases, ni la gente era más tonta, ni los profesores peores (más bien al contrario). Sí los exámenes. En mi vida me habían sentido tan estúpido (en mi vida académica, en la personal hay ciertas hazañas difícilmente superables, pero eso no viene al caso) como al terminar los exámenes de ciertas asignaturas. En fin, ahí iba mi orgullo. Esta vez me (la) iban a dar bien.

Afortunadamente para mí, me subestimé un poco. No han salido todos los resultados, pero parece ser que soy el primero de promoción en una asignatura, con algo así como un par de puntillos de ventaja sobre el siguiente, y el segundo o tercero en otra más. A pesar de las auténticas masacres parece ser que al final estudiar sí que sigue contando.

Y ahora viene lo de los rumores. Hay un chaval, amigo mío, que ha hecho justo el paso inverso que yo, nos hemos intercambiado ciudades. Justo cuando yo iba a ir a estudiar a su clase, va el cazurro y se cambia de carrera. Sí, justo la persona con la que cuentas que te va a salvar la vida en un sitio de desconocidos, va y se pira. Pero a lo que iba. Él conocía y sigue teniendo contacto con la fauna de mi clase (lógico, eran sus compis). Hoy, me abría conversacion. "Tio, los tienes a todos flipados". En este punto (americanada II), uno piensa "genial, a hacer amigos... lo que me faltaba". Pero no, me sigue contando: "están todos contentos contigo, les caes bien y le mola que haya gente tan crack" (¿ein? ¿les gusta que haya gente que saque buenas notas? pero sigamos). "Sí, sí, es que hasta que tu llegaste el mejor era un tio que vacilaba a todo el mundo con las notas y miraba a cualquiera por encima del hombro. Nos mola que le hayas pasado".

Hasta entonces yo estaba escuchando con cierto grado de diversión y con cierto grado de "estáis como una cabra" (realmente no sabía que hubiera ese marcaje sobre las notas altas). Claro, que cuando me ha dicho eso y el nombre del chaval (ya le había notado una actitud un poquito extraña)... como que ha cambiado la cosa. Me ha venido una expresión inglesa a la cabeza: "bring him down". Que viene a ser algo así como derribar, tirar abajo. Básicamente, en cuanto he sabido quién es el cabecilla de notas por aquí, 1)me he sentido orgulloso de haberle pasado y 2)me han entrado ganas de seguir machacándolo por el resto de la carrera.

Ya ves. Machacar a alguien, superarlo. No sé si era competitividad sana o el simple deseo de demostrar ser mejor que alguien. No suena muy enconmiable, no parece aquello de estudiar por ser bueno, porque es lo que hay que hacer, por el placer de hacerlo... Me he sorprendido un poco. No mucho, la verdad. Uno ya se conoce un poco, lo bueno, lo no tan bueno, y lo malo. Sé que tengo cierto afán de reconocimiento, cierta necesidad de demostrar lo que valgo y de hacerlo en comparación con los demás.

Total, que diciendo esto supongo que paso de ser alguien aplicado a cierto capullo empollón. No importa. Esto es una especie de confesión "pública". Sí, saco buenas notas, y sí, estoy orgulloso de que sean mejores que las de los demás. Sí, no puedo quedar bien con todo el mundo y sí, estoy cansado de intentarlo. Lo que hay es lo que hay.

NdA: Viendo esto a posteriori, supongo que me emocioné un poquito. Demasiado stress, demasiados pensamientos de que iban a darme por todos lados...

lunes, 8 de febrero de 2010

Parisian Love.

A ver si os saco una sonrisa aunque sea lunes ;)


sábado, 6 de febrero de 2010

De fragmentos.

Y ocurrió que la chica hippie y el chico estudioso de horarios cuadriculados se perdieron mutuamente con un autobús rumbo al sur. No mucho antes, la joven de rizos castaños escuchaba el click del teléfono y volvía a quedarse sola, el hombretón de su pueblo se había ido. La mujer de melena de león cortó con su francés de palabras dulces, pero todavía se sentía sola y la fotógrafa de levante decidía romper con el grafitero. Las entidades "tú y yo", tal y como habían nacido de todas esas uniones, se fragmentaban en trozos iguales, y cada uno se quedaba con una persona.

Cierto tiempo después, todas esas personas caminaban por sus vidas notando el peso de esos fragmentos en los bolsillos de las camisas (ese bolsillo que está justo en el pecho). Quién más, quién menos, lo contemplaba y cuando veía pasar a personas con otros trozos distintos en brazos, intentaba pensar cómo podrían alguna vez encontrar a alguien con el que encajar de nuevo. El problema era que, como si de piezas de puzzle se tratase, cada forma era única y parecía que no habría otra capaz de enlazar con ella que no fuera su mitad original.

Estando así las cosas, algunos decidieron vaciarse y dejarla en casa, pero si nada tienes, con nada puedes encajar, así que no tuvieron demasiado éxito. Otros trataron de serrar o lijar su forma, intentando que se pareciese a alguna de las cercanas, pero la verdad es que tampoco tenían demasiado éxito.

Entonces, ¿qué? Uno, o una, tuvo una idea, y otros simplemente tropezaron con ella. No se trataba de cambiar ese trozo que había salido de ti, ni de empezar de cero. Se trataba de amoldarla, poco a poco, sin cambiarla. De conocer su forma y no tratar de forzarla. Por suerte, el tiempo también les echó una mano, ya que las aristas se suavizaban, y poco a poco eran más fáciles de encajar.

No sé quién fue el primero. Seguramente la fotógrafa, que antes que nadie supo lo que quería, y tuvo la suerte de encontrarlo cerca de ella. Poco después la chica leona encontró a su chico león, y tendríais que verlos juntos ahora, viajando de aquí para allá. La joven de colores tuvo que irse lejos, pero tras un poquito de tiempo encontró a alguien que le ayudaba a pintar incluso con más alegría. El chico estudioso y la chica de rizos se encontraron a varios cientos de kilómetros de sus casas, y aunque creo que fueron los que más les costó encajar sus respectivos trozos, no puede dudarse de que, ahora sí, son felices.

Y todas esas mitades se han vuelto a juntar con otras mitades nuevas, que a su vez dejaron otras mitades por ahí que no tardarían en reengancharse. Conservan parte de lo que fueron y crecen con lo que se aportan ahora. Es posible que estén destinadas a fragmentarse de nuevo, pero afortunadamente eso no es el fin. Cada par de mitades, cualquier par de mitades, es único y las posibles combinaciones son infinitas. El truco está simplemente en no dejar nunca de buscar.

lunes, 1 de febrero de 2010

Santander y todo lo demás.

He estado en un lugar precioso, verde campo y gris niebla, azul mar y blanco montaña, todo juntito. Piedras y faros, barcos, puertos y jardines, ¡incluso un palacio! Eso sí, lo más bonito vino y se fué conmigo (es la cosa de rizos).

Adoro Ryanair, todo hay que decirlo, y principalmente su forma de aterrizar los aviones.

Una hora en cruzar la península. ¡Los ingenieros somos la leche!

El karma estaba conmigo, llovia antes de llegar y cuando nos fuímos, pero no mientras (toma, hombre del tiempo!)

Los exámenes peor de lo que esperaba, pero esperaremos a que los sacrosantos hijos de su bendita madre saquen las notas.

Volveeeer a empeeezaaaar, ¡otra veeeeeeez! (aquí uno haciéndose el horario, como cuando eramos pequeños). Que digo yo, ¿9 horas de clase en un día no se considera explotación?

Y esto ha sido todo, demasiado vago para articularlo como toca, ¡disculpen las molestias!