jueves, 29 de enero de 2015

Responde sin pensar

- Dime... ¿qué harías mañana si pudieras? Responde sin pensar.
- Irme lejos

Efectivamente, eso ha salido por responder sin pensar. Alarma. Eso no tendría que haber salido. Estoy bien, es lo que llevo pensando meses. Estoy bien. ¿Por qué me quiero ir? Hm.

domingo, 18 de enero de 2015

En saltos de un año

A mi yo. De dentro de unas semanas, meses o, quizás, años.

Puede que haya llegado el momento en que por fin estés decidido a cambiar las cosas. Este es el momento en el que tienes que leerme, cuando ya está todo afinado, tienes los pros, los contras, el esquema en el papel y el consejo del amigo. Ya está todo pensado y evaluado y decidido. Y entonces, ahora, me temo que todavía te queda una iteración más. Escúchame.

Te conozco bien. Me he pasado la vida en ello. Sí, cambiamos constantemente, así que quizás la persona que soy más la tendencia que intuyo no te represente del todo. Pero tengo algo que tú no tienes y compensa ese diferencial: objetividad pura, la que llega de la cero-implicación emocional por algo que sencillamente no conozco.

Porque admitámoslo. Somos sentimentales. Y aunque la razón nos balancea los sentimientos, hemos leído demasiados libros, hemos visto demasiadas películas, y en el fondo estamos tan convencidos que este capullo cínico aún cree en el amor, que somos tan propensos (o más, con la trampa de la mente autoconsciente que se cree a salvo) de entrar silbando en la boca del lobo.

Déjame que te recuerde una cosa. Voy a hablarte de hace exáctamente un año. El tiempo todo lo borra y lo difumina, y si para mí aquello empieza a amortiguarse y a perder el filo, quizá para ti ya esté completamente embotado. Y el que olvida la historia...

Hace un año no levantábamos cabeza. Pero el punto en el punto de estar clavados en el suelo, como una mariposa de un coleccionable (lo siento, no he podido evitar la metáfora. Haznos un favor y aprende a escribir mejor). Cada día era malestar. No perdíamos la esperanza, pero cada intento fracasaba miserablemente, hasta que llegó la insensibilidad para ayudarnos a seguir adelante. O hacía abajo. Te daré un dato, por si ya no me crees: la novedad era estar un día a la semana sin sentirnos mal. No podías estar en casa. Te daba miedo mostrarte porque estabas tan hecho trizas que cualquier cosa te costaba demasiado esfuerzo. Todo el mundo te lo notaba y eras incapaz de contestar un "¿cómo estás?" sincero sin derrumbarte. El caso extremo al que llegaste dudo que se te haya olvidado, así que no lo mencionaré aquí. Pero piénsalo y date cuenta: sí, eso te lo hiciste tú.

¿Y después? Meses y meses de recuperación. Aún arrastramos las consecuencias. Que lo bueno vale lo malo, pero el dolor por superar dolor no compensa. Y sabes de sobra que no dejas las cosas sin hacer. Que si entras, lo vas a pelear hasta volver a dar casi todo lo que eres.

Piénsalo muy bien antes de entrar. Y, si lo haces, ve con cuidado. No suplas con tu energía y tus ganas de vivir la falta de esfuerzo de las otras personas. No te suicides contra un monstruo del armario que cada día es engordado. Ahora somos felices, de verdad. Tenemos subidas espontáneas de ánimo, hacemos lo que queremos, podemos ir con la vista bien alta. Conocemos gente, bailamos. Podemos estar solos horas desconectados del mundo, sin pensar que estamos haciendo algo simplemente para hacer pasar las horas. Nos cabe más aire en los pulmones, aportamos y nos aportan más. Y no ha sido nada fácil, nada fácil llegar aquí. Ha pasado casi un año y aún a veces pagamos el precio. Es cierto que el equipaje no debe sentenciarnos, pero solo un inconsciente olvida lo que ha aprendido. Dicen que hay que arriesgarse, sí. Normalmente te lo dice quien está detrás de la barrera, o quien recortará agujeros en la red. Sé consciente de quién pagará las consecuencias.

Déjalo reposar. Y si a pesar de todo sigues adelante, si estás vez sí, solo me queda decirte una cosa: gracias. Por haber hecho que todo haya valido la pena.


lunes, 5 de enero de 2015

¿Alguien recuerda lo que significaba "te quiero"?

Texto que dispara en tantas direcciones, no sé si de manera intencionada o como un niño con una minigun. Cada uno escoja su bala.

Paciencia y dulzura

—Un poco —dijo Bast dulcemente—. No son difíciles de manejar. Solo
necesitan paciencia y dulzura. Blandió el hacha de forma natural y ésta
se quedó clavada en un tocón cercano. —Son como todo, en realidad.
Sólo necesitan saber que están a salvo. 

(...)

—¡Oh, vamos! —dijo Bast gentilmente—. Un poco de dulzura es todo
lo que algunos de nosotros tenemos a veces. Siempre vale la pena.
Incluso si tenemos que esforzarnos un poco para conseguirlo.

La Música del Silencio

Era lo
bastante listo para conocerse a sí
mismo, lo bastante valiente para ser él
mismo y lo bastante insensato para
cambiarse a sí mismo y, al mismo
tiempo, seguir manteniéndose auténtico.
En ese sentido era prácticamente único,
y si bien no siempre era seguro ni
agradable, Auri no podía evitar tenerle
cariño.

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Auri lo sabía. Debería haber tenido
más cuidado con el mundo. Ella conocía
la naturaleza de las cosas. Sabía que si
no pisabas siempre ligero como un
pájaro, el mundo se derrumbaba para
aplastarte. Como un castillo de naipes.
Como una botella contra la piedra.
Como una muñeca fuertemente agarrada
por una mano con el aliento cálido y con
olor a deseo y a vino...

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Y de mi parte favorita, el post-final, ya no pongo nada. Sería estropearlo. Pero me ha encantado el libro.

http://www.culturamas.es/wp-content/themes/transcript/timthumb.php?src=http%3A%2F%2Fwww.culturamas.es%2Fwp-content%2Fuploads%2F2014%2F07%2FLa-m%C3%BAsica-del-silencio-Patrick-Rothfuss.jpg&q=90&w=280&h=200&zc=1

domingo, 4 de enero de 2015

Hell, yes

Would you?
Ahora imagínate que sale un número negativo.

sábado, 3 de enero de 2015

Juegos y errores

Cualquier gamer experimentado es consciente del peso que puede tener en el largo plazo un error significativo al comienzo de cualquier partida. Una elección incorrecta de habilidad que cierra el árbol, una muerte temprana que te retrasa, construir un aldeano en vez de una granja y bloquearte,... Cosas tan sencillas que en el minuto dos de juego pueden hacerte ver que ya has perdido, que te ganarán, que el reto ya no se puede conseguir. Más vale tirar en ese momento de la palanquita de restart y ahorrar tiempo y frustraciones. Al jugador más neófito o casual esto puede llamarle la atención sobremanera.

- "Pero si te quedaba toda la partida por delante".
- Anda, toma el mando.

Ídem en los juegos de equipo. Si tu equipo está discutiendo en la pantalla de elección de campeón, si al minuto cinco el Support ya está en modo rambo a pesar de haber muerto tres veces... casi sale más a cuenta tirar el surrender pronto y ahorrarte el sufrimiento.


Por supuesto, que puedes seguir. Quizás una carambola te permita enderezar el resultado. O puedes aprender o divertirte, de cara a futuros intentos. Supongo que depende del estado de ánimo, del objetivo y del grado de certeza sobre la futura fatalidad del error inocente. Y del tipo de error y la fuente.

Trasladándolo al plano de relaciones personales - cómo no, algún día dejaré de escribir entradas pseudometafóricas -  se dan las mismas situaciones.

Ejemplos prácticos.

- Errores tipo "Qué se le va a hacer": He explorado hacia donde no era / es menos cariñoso de lo que me gustaría.
- Errores tipo "Esto se puede corregir con el tiempo": Se me han adelantado con la primera Maravilla / Me ha mentido respecto lo que piensa.
- Errores tipo "Mira hacia allá mientras me voy poniendo las Botas de Salir Cagando Leches": Mi compi de línea está dibujando una esvástica con wards / Me ha dicho que a largo plazo me tendré que deshacer de mi perro porque no le gusta
- Y, los más recientes y tristes, errores tipo "me quedaré y disfrutaré y aprenderé, pero aunque aún tú no lo sepas, ya hemos perdido": Ha dejado al carry solo en la línea farmeando toda la partida / Al terminar de planear nuestro primer viaje juntos se fue a follarse a su ex. Cosa normal porque no éramos nada oficial aún. Y nos lo pasamos de puta madre en la excursión. Pero.

Suena
.

jueves, 1 de enero de 2015

1 de enero

- Necesito saber qué es esto
- Son partituras. Ya te lo dije, solo son dos personas diviertiéndose.
- Hay dos posibles consecuencias: si acaba, alguien sale herido; y si no acaba, alguien sale herido.
- Pero que acabe mal no significa que tenga que empezar mal. Todo acaba. La vida acaba. Por eso hay que disfrutarla.


Del derecho y del revés, la nochevieja durmiendo, año nuevo incumpliendo no-propósitos. Por un 2015 de actes manqués y sinsentidos libres y no-dolientes.