jueves, 27 de noviembre de 2014

Llevaba tu nombre

El tren huracán hace tiempo que no corre por las vías. Adormece la tarde en los raíles de otoño, rodeado de las hojas de las tardes que caen ya temprano. Respira el valle y avanza el calendario, destiñen las planchas de metal, se empañan las ventanas. Ronronea ronco el motor de la máquina, somnoliento, imaginando amaneceres frescos surcando los caminos vora del mar.

Anochece y el hierro se enfría. La caldera, insuficiente para despertar del todo los engranajes, se conforma con insuflar vida por los pasillos, calor en los asientos, esperando que el carbón aguante un año más y, tal vez, el tren vuelva a ser huracán.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Fallo de realidad - 100%

Ya está, ya he vuelto a tropezarme con el cable anímico y se ha desconectado. El sistema no está preparado para esto. La desconexión siempre es un mal trago, pero nada que ver un cierre ordenado con romper la interfaz a medio formar. Torpe

Ahora ya sé lo que viene. Días de glitches, texturas mal recordadas, caminos que se pierden en medio del salón y oportunidades que parecen abiertas cuando no lo están. Fallos de realidad. Como una borrachera o migraña, saber que estás desorientado ayuda a no desesperarse, pero no quita que sea una putada igual. Imagínate al pobre Neo en su cuarto, viendo a la mujer de rojo aparecer y evanescerse cada madrugada, con la sonrisa del gato de Alicia y el vuelo de una falda. Triste. 


0:16

No será lo que tocaba, porque lo último que toca siempre es (sobre)vivir. Antes me atravieso el pie que permitirme ir más allá del último trazo en la línea de arena. Como cuando bebo. Nunca perdí la conciencia. Nunca me perdí. En mi peor hora tuve que buscar ayuda, pero supe donde encontrarla y como llegar.


domingo, 16 de noviembre de 2014

23:36

¡Cuidado que se cumple! Hay que joderse, estaba listo para mojarme los pies y un tsunami me ha pasado por encima. ¿Estos sentimientos de debajo del sofá son tuyos?

¿Esperanzas dices? Se trenza el pelo con la luz de la mañana de domingo. Sonrisita cansada de la chica de la alturas,  que cree todo menos lo que es. ¡Que me cabes en los brazos, que eso no se encuentra cada día! Me reprimo para no alborotarla más. Jugando, jugando, me he dejado la tranquilidad en casa. Volveré a hurtadillas, devolveré el anillo y, con suerte, me la traeré de vuelta. ¿La tranquilidad? ¿O las ...?

domingo, 9 de noviembre de 2014

Mis brotes verdes (II)

No cesan, no cesan las ilusiones. Me alegro sin motivo, las ganas me desbordan. ¿De qué? No lo sé. ¿Se puede estar enamorado de nadie? 7 horas de baile se me quedan cortas, las 5 de la mañana aún no es tiempo de volver a casa. Dormir es perder el tiempo, pero la tarde de Sant Cugat merece verse despacio y un dia de pantalla, música y libro es tan tranquilizantemente imperfecto como el anterior.

Tres Otoños

 Eramos dos caras sorprendidas, dos promesas
Dos copas de vino brindando en la mesa.
Eramos dos premisas de Artemisa y su atracción
Diez dedos que enlazaban a la perfección.
Eramos dos mirlos compartiendo sushi
Escribiendo en post-its las cosas más cursis.
Eramos coreografías obscenas sobre la almohada
Escenas de pornografía tan sofisticadas.
Eramos dos Starks en Juego de Tronos
Yo era tu superstar , tú mi Yoko Ono.
Yo te acariciaba el pelo y tus ojos eran bengalas
Tú me rascabas la espalda queriendo sacar mis alas.
Hasta si gritabas era oír cantar a un cisne
Si todo era una mierda, ir a casa era entrar en Disney
Pero el cuento terminó con una frase:
(-Tenemos que hablar.)
¿Cómo dejamos que pasase?

No miento si te digo que esto es un desastre ahora,
Que mi cama llora y que la casa no se limpia sola
Que he abandonado mis textos y mis amigos
¡y que importa si no puedo compartirlos ya contigo!
Que se me hace duro cocinar para uno
Y desear otras caras si aún me ciega el humo
Un recuerdo que aún conservo aunque me salga caro
Hoy soy un ácaro atrapado entre el polvo del pasado.

Vinieron veranos, se fueron inviernos
Por fuera lloviendo, nevando aquí dentro.
Andando sobre tejados sin aliento
O a veces tan cansado...tres otoños.
(mi lamento)
Prudente yo, prudente tú
Cobardes los dos cuando dijimos adiós
Prometimos amor eterno que duró un momento
Y cambió de color cuando el suelo fué tormento
Es el recuerdo de unos labios que suspiraron cada tira de la piel.
Fue como serme fiel y probar la miel y cantar en pie con el alma abierta.
Nos quisimos bien.

El amor y su fractura y su factura
Pagué su deuda con el beneficio de la duda.
Las escenas de cama contigo eran de cine
Pero prefiero citas de poesía y de litera-tura.
Yo siempre fuí de finales felices
De epopeya de doncellas y sus directrices
Porque creí más en malas actrices que en estrellas
Por eso en ellas dejé huellas más que cicatrices.
A ver si dejo de pensar con el corazón y siento más con la cabeza
A ver si siento la cabeza o la levanto
Viendo que me faltan piezas y me sobran santos.
Vale caro ser buena persona
Seguro me cobraron intereses por demora
Y es que el tiempo no perdona.
¡que paradoja el alma soñadora!
Que tienen menos horas de sueño que sueños por hora.

Se fueron veranos, vinieron inviernos
Fuera nevado, aquí dentro lloviendo
Calló sobre tejados secando sufrimiento
O a veces demasiado
(caprichos de entretiempo)
Prudente tú, prudente yo
Cobardes los dos cuando dijimos adiós.
Prometimos amor eterno cuando el cielo fue cemento.

Es el recuerdo de unos labios que suspiraron cada tira de la piel.
Fue como serme fiel y probar la miel y cantar en pie con el alma abierta...

Nos quisimos bien.
Nos quisimos bien.
Nos quisimos bien.

Fuimos libertad de improvisar
Los senderos que se cruzan para respirar.
Fue ternura, fue verdad.

Mis brotes verdes

En primavera fueron arrancadas de raíz, sal en las heridas y en la tierra, pisados y quemados los restos.

En verano cambiamos el sustrato, aprendimos a sembrar y enterramos las semillas poco a poco.

En otoño las noto enraizarse, bien fuerte, extendiéndose hacia abajo y hacia los lados. Tomando y almacenando, construyendo los fundamentos. Mostrando los primeros brotes verdes entre las hojas caídas.

Lo tengo decidido: mis plantas serán de sol de invierno y de montañas, de viento y frío, de nieve. Me sentaré en el centro, notando el calor dentro de la camisa aunque aúllen las nubes ahí fuera. No vamos a esperar a la nueva primavera, no la necesitamos.

sábado, 8 de noviembre de 2014

Ser

"Así, cada vez que Lester lograba reunir un poquitín de pasta, compraba más lengüetas y las cortaba de diversas formas. También se compró un saxo nuevo, creyendo que con eso alcanzaría un estupendo tono grave. Pero su timbre nunca fue más amplio. No estaba destinado a tocar igual que Chu y pronto dejó de intentarlo.

Todos tienen que ser diferentes. No puedes copiar a alguien con la esperanza de funcionar mejor. Si copias, trabajarás sin verdaderos sentimientos. Y sin sentimientos, todo lo que hagas equivaldrá a nada.

En toda la Tierra no hay dos personas idénticas, y lo mismo tiene que suceder en música, de lo contrario no será música.

Nunca olvidaré a ese español maravilloso, Pau Casals, que una vez tocó el violonchelo por la tele.
Cuando terminó de interpretar a Bach, lo entrevistó una pollita norteamericana.

-Cada vez que lo toca lo hace de manera distinta - dijo efusivamente la entrevistadora.

-Tiene que ser distinta -dijo Casals-. No podría ser de otra manera. Así es la naturaleza, y nosotros somos naturaleza.

Ya ves, ni tú mismo puedes ser como fuiste, para no hablar de ser como otro.''

No abras los ojos (II)


 Pero tener buen ojo no basta. También hay que mirar. Ese es mi doble secreto, David Gurney: tengo buen ojo y siempre estoy mirando.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Otoño

Cumplo con el oficio, con las mismas piedras y plumas que solía encontrar. La diferencia radica en no mirar el reloj de salida. Se ha convertido en una espera paciente. No, como antes, en una excusa para matar el tiempo hasta el próximo acierto. Descubrí que no solo la caverna era falsa, sino que al salir los árboles, el sol, las propias Ideas solían ser de papel. Y me volvi adentro a seguir pensando.

Consolido la brújula moral, las excepciones, mi caracter. Intento templarme por lo que algún día vendrá. El suelo es sólido bajo mis pies y siempre que puedo miro a través de la ventana, sin cristales. Elijo cuidadosamente lo que doy y retengo e intento hacerlo con quién se queda y quién se va. Hace un tiempo me propuse relajarme y aquí estoy, a falta de unos meses para el final y ya podría estar listo para aprobar. Solo que eso nunca valió.