miércoles, 29 de agosto de 2012

Scrubs (I)

- ¿Ibas a rescatarme de la soledad con un six-pack barato de cerveza ligera? Resulta que no podemos salvar a las personas de sí mismas. Sólo las tratamos. Trata a ese chico con un problema respiratorio y cuando regrese con cáncer, ve y trata eso también.
-  Gracias por el aliento.
- Oye. Fumadores, bebedores, drogadictos, gordos, lo que sea. Todo lo que digo es: si sigues viviendo y muriendo dependiendo de si una persona cambia o no, bueno... no vas a tener éxito como doctor, eso es todo. 


___

- ¿Le dijiste algo más?
- No.
- Pero querías hacerlo.

- Usted me dijo que no lo hiciera.
- Jesús, ¿quieres ser un hombre?Apégate a tus convicciones o nunca tendras éxito como doctor.

martes, 28 de agosto de 2012

3:01

Uno no canta las saetas, las piensa, escribe y afila. Dejándolas en un ladito por si hicieran falta.

Es mejor que no. Salirse del caos mundano, sentarse en algún lugar por encima de las nubes y los humos, con el viento en la cara.

Aún nos quedan unos cuantos trucos que inventar, y las barajas gastadas hace tiempo que no se pierden a ningún incrédulo. Los juegos de alma son tan buenos que engañan incluso al que los practicaba. Pero ya no más. Porque creo que lo he visto, amigo.

"Este niño se nos va a descalabrar, se murmuran entre todos al pasar". No sé, uno se mueve mejor sin el peso de las expectativas, y las de fracaso te colocan muelles en los pies. Yo, más que caer, reboto. Y si hace falta, empiezo desde abajo, desde cero, las veces que haga falta.

( Los males ligeros se quitan con Marea )

domingo, 26 de agosto de 2012

La fragilidad de las mujeres

Texto extraído de la serie "Sexo en Nueva York y fusilado descaradamente del blog de mi querida Finc

“¿Y si el príncipe azul no llegase jamás? ¿Blancanieves habría dormido para siempre en su ataúd
de cristal? ¿O después de un poco se habría despertado, escupido la manzana, encontrado un trabajo, suscrito a una aseguración médica y hecho un niño gracias al banco de semén? ¿Dentro de cada mujer soltera determinada y segura de sí misma hay una delicada y frágil princesa que espera ser salvada? ¿Las mujeres sólo quieren ser salvadas?


 Hace poco una amiga se metía conmigo diciendo que me gusta proteger a las mujeres y cuidarlas. Eso me trajo a la mente una duda que he tenido siempre, la misma que refleja el texto. ¿Todas las mujeres, por duras o independientes que parezcan, en el fondo quieren a alguien que las cuide y las mime? Hace tiempo me quedé sorprendido cuando una u otra mujer que consideraba el paradigma de la dureza y la independencia de pronto se volvía blandita como un flan o un oso de peluche, sin pararse a pensar en la pérdida de "reputación" que eso suponía. Y me surgía la duda: ¿eran todas las mujeres "duras" así o es que ellas en el fondo no eran tan insensibles como parecían?

Respondiendo a la cuestión en concreto, creo que sí que es cierto que en el interior de la mayoría de las mujeres está el deseo de tener alguien a quien le importe lo suficiente para guardarla y recibir las balas por ella o ayudarle a hacerlo. Por otro lado, creo que en la mayoría existe la voluntad de hierro de salvarse por una misma si es necesario, si nadie viene a echarle esa mano.

Sin embargo, creo que de todas formas la pregunta está mal planteada, porque no es algo exclusivo de ese sexo, sino de todas las personas. ¿Quién no desea tener esa roca sólida en la que apoyarse, ese ángel de la guardia que sobrevuele nuestras horas bajas? Quizá es simplemente que las mujeres fingen mejor y nos cuesta más asimilar que esa "reina del hielo" en el fondo también tiene un corazón... y lo ha tenido todo el tiempo.

sábado, 25 de agosto de 2012

Las respuestas

" Nunca he dudado que tener información es básico para todo en la vida (...) Las respuestas curan, las respuestas ayudan. Hacerte preguntas equivale a sentirte vivo. Que te den las respuestas demuestra que tienen confianza en que sabrás qué hacer con esa información. "

Albert Espinosa, El mundo amarillo.

martes, 21 de agosto de 2012

¿Quién eres tú?

Hoy he descubierto esta web, "decisiones jodidas". Van planteando preguntas complicadas, a veces más fundamentales y a veces más escatológicas, y tienes que elegir qué harías en cada caso. Es curioso y pueden moverte a darte cuenta de que harías algo que en principio y por defecto no te verías dispuesto a hacer.

Me ha llamado la atención una pregunta en concreto, y los resultados que se han dado. Se plantea la siguiente situación:

¿Quién eres tú?

Ponte en situación, tienes dos opciones. La primera consiste en resetear tu mente. De este modo perderás todos tus recuerdos, absolutamente todos. Conservarás las funciones motrices y el lenguaje pero ningún recuerdo se salvará. Si sabes montar en bici, o nadar, podrás seguir haciéndolo pero sin saber como aprendiste o quien te enseñó.

La segunda opción deja tu mente intacta, sin embargo, afectará a todas y cada una de las personas que conoces o incluso que se hayan cruzado contigo alguna vez. Dasaparecerá de sus memorias cualquier información relativa a ti por arte de magia. Tu mujer se levantará con un extraño para ella, tus padres nunca recordarán haberte tenido, etc.


En cualquier caso, todas las pruebas de tu existencia permanecerán en su lugar. Podrán, por ejemplo, mostrarte fotos para intentar hacerte recordar o bien tú a todos tus conocidos para recobrar su confianza. Los recuerdos borrados, sean de quien sean, nunca volverán y todo se basará en que tú te fies de lo que te cuenten o viceversa.

Una vez explicada la situación, llega el momento de la decisión jodida:

¿Quién pierde la memoria?
a) Yo, todos mis recuerdos.
b) Todos mis conocidos dejan de recordarme.

Pensadlo antes de seguir.

¿Ya?

Yo lo he tenido muy claro. Para mí, mis recuerdos y experiencias son invaluables y son parte de lo que me define como persona. Perderlos sería como dejar de existir en cierto modo, no estoy seguro de que la persona resultante fuese "yo". Es triste que todo el mundo te olvide, pero puedes empezar de cero y poco a poco irte recolocando en el mundo, pues tú no has olvidado a los demás.

El caso es que al mirar los resultados, el 70% de las 3700 personas que han votado han elegido la primera opción, lo cual me ha descolocado bastante. Dice un colega que es por el miedo a la soledad, a que todo el mundo te olvide. Pero yo sigo convencido de que es peor lo primero.

¿Alguien se anima a contraargumentar?

Rayuela

Pienso en los gestos olvidados, en los múltiples ademanes y palabras de los abuelos, poco a poco perdidos, no heredados, caídos uno tras otro del árbol del tiempo. Esta noche encontré una vela sobre una mesa, y por jugar la encendí y anduve con ella en el corredor. El aire del movimiento iba a apagarla, entonces vi levantarse sola mi mano izquierda, ahuecarse, proteger la llama con una pantalla viva que alejaba el aire. Mientras el fuego se enderezaba otra vez alerta, pensé que ese gesto había sido el de todos nosotros (pensé nosotros y pensé bien, o sentí bien) durante miles de años, durante la Edad del Fuego, hasta que nos la cambiaron por la luz eléctrica. Imaginé otros gestos, el de las mujeres alzando el borde de las faldas, el de los hombres buscando el puño de la espada. Como las palabras perdidas de la infancia, escuchadas por última vez a los viejos que se iban muriendo. En mi casa ya nadie dice “la cómoda de alcanfor”, ya nadie habla de “las trebes” —las trébedes—. Como las músicas del momento, los valses del año veinte, las polkas que enternecían a los abuelos.

Pienso en esos objetos, esas cajas, esos utensilios que aparecen a veces en graneros, cocinas y escondrijos, y cuyo uso ya nadie es capaz de explicar. Vanidad de creer que comprendemos las obras del tiempo: él entierra sus muertos y guarda las llaves. Sólo en sueños, en la poesía, en el juego —encender una vela, andar con ella por el corredor— nos asomamos a veces a lo que fuimos antes de ser esto que vaya a saber si somos. 


 Julio Cortázar, Rayuela.

Moldeando

He adquirido un hobby últimamente: hacer figuritas de Fimo. El Fimo es una especie de plastilina, con la particularidad de que al hornearlo se solidifica, quedándose permanentemente con la forma que le hayas dado. Se ve mucho ahora en puestecillos de hippies, ya que permite hacer colgantes, pendientes y muñequitos de forma sencilla. A mí me sirve como excusa para jugar con plastilina teniendo 23 años y que nadie piense raro.

Total, que me levanto prontito por la mañana (mi reloj biológico no es amigo de dormir mucho), desayuno, y me pongo a escuchar música y hacer figuritas mientras espero que llegue la hora de ir a la playa. Apretar, amasar, juntar, separar, amasar. Es un proceso relajante que te deja pensar mientras algo va tomando forma entre tus dedos.

Cuestiones superficiales, sin embargo. No me dejo pensar en nada profundo. Pensar y hablar llevan a preguntas que requieren encontrar las respuestas o decidirlas.Y a veces hay que forzarse a estar de vacaciones, en todos los sentidos.

Éste en concreto se me quemó al hacerlo.

martes, 14 de agosto de 2012

El día después

- Vamos, que la tuviste a tiro, ¿no?
- Sí, yo creo que sí.
- ¿Y por qué no hiciste nada?
- Porque tío, hubiera sido liarla mucho.
- Ya, imagino. Mejor estar tranquilos.
- Sí.

Esa conversación, mismos elementos, hace unos años, hubiera ido algo así:

- Vamos, que te la pudiste haber hecho.
- Sí tío, joder. Soy un calzonazos.
- Ya ves. Tú antes molabas.

Y esta vez no es una cuestión de lenguaje, sino de base. Hay prioridades. Un día vuelves de fiesta con un colega tuyo, de esos con los que acostumbrabas a quemar noches, y te das cuenta de que los criterios para valorar la noche han cambiado. Uno mira al largo plazo, piensa "realmente no valía la pena por una noche" y está contento. Ya no existe esa autoestima enclenque que alimentar a base de ligues ni la necesidad de demostrar lo feliz que uno está. No más muescas en la pistola, no más números, no más marcas personales.

"Hoy solo busco dormir a gusto".




sábado, 11 de agosto de 2012

Atipicidad.

"No es solo que desee acostarme con ella... aunque eso también. Quiero que sea mi amiga. Quiero ver la tele con ella, acompañarla al supermercado y darle cucharadas de jarabe cuando este resfriada. Quiero contemplarla mientras se cepilla los dientes, se pone los vaqueros y unta la mantequilla en la tostada. Quiero que me pregunte qué tono naranja de lápiz de labios le sienta mejor y que a qué hora volveré a casa"

"Comunicado interior: Dale al sexo con este mozo antes de que se pase y se convierta en un hermano para ti"

"No habían hecho lo que se considera normal: salir, ir a restaurantes y al cine juntos, que era el plan que siempre se había trazado Jeannie para conocer a un hombre. En vez de eso, lucharon hombro con hombro en varias batallas..."

viernes, 10 de agosto de 2012

Desde dentro

Acabo de imaginar mi interior como una casa llena de habitaciones rotas y carcomidas. Con ratoncitos corriendo de aquí para allá buscando cosas brillantes y escondiéndolas en agujeros. Hay frases escritas con tiza en la pared, corazones a medio dibujar y muchos tachones.

La verdad, no sé por qué me resulta tan reconfortante o tan acertada esta imagen.

Quizá odio pretender. Es mejor que sepan que mi interior no es bonito ni agradable, que hay grietas por todas partes. Claroscuros, pasillos en penumbra y habitaciones donde apenas se cuela un rayo de sol a través de las tejas rotas.

Entonces algún día llegará una pequeña vagabunda de pies ligeros que la verá tal y como es y a pesar de todo querrá convertirla en su hogar. Aprenderá los recovecos y las habitaciones, no tropezará con los muebles rotos. Escribirá sus propias frases en las paredes, completará las incompletas. Sin cambiar nada, la volverá cálida y acogedora, y los pasillos no volverán a quedar en silencio, resonando con la brisa de sus pasos.

Mientras, hago lo posible para que el polvo no se termine de posar.

miércoles, 8 de agosto de 2012

The Baseballs (II)

Hace un tiempo ya hablé de estos hombrecillos y lo que me encanta su estilo de hacer versiones rockabilly de canciones modernas. Llevaba un tiempo sin buscar nada de ellos, y me he sorprendido gratamente al ver las nuevas hazañas. Si sois unos frikis de las versiones, como lo soy yo, estas os gustarán:

Ai Se Eu Te Pego



Call Me Maybe

viernes, 3 de agosto de 2012

12:05

Cuando uno mueve objetos de una estantería a una caja, y pasan de ser "tonterías" a ser "recuerdos".

Trago de realidad.

Estación de término

Días hay con instantes no esperados
donde el afán ajeno se aleja de nosotros
y en la distancia permanece
suspendido.

El eco sólo de una voz,
la luz fugaz de una mirada
o un nombre de sonido indescifrable
reverberan de pronto en la conciencia
y se encienden por dentro
como esos gránulos de polvo
que en la sombra destellan
cuando un rayo de luz los eterniza.

Aquí, en el centro mismo de la prisa,
bajo el metal oscuro de un cielo abovedado,
nada sucede alrededor de mí
mientras sucede.
                          Sólo ahora, como entonces,
en esta indefensión o en ese simulacro
con que otras veces vino a visitarme,
puede herirnos de nuevo el mortecino
fulgor de la memoria,
ese dedo de sal que hurga en la huella
de un dolor, de una ausencia, de un vacío.

Estoy en un andén al que he llegado
sin saber dónde ir, tan a deshora
que podría inventarme algún destino
con la urgencia impostada de quien sabe
que, a mis años, un hombre necesita
creer en un lugar al que llegar
para partir de nuevo hacia el olvido.

Estoy en un andén en el que estuve
silencioso y de pie junto a los míos
cuando aún estaban
cogidos de mi mano
sin poder impedir que se me fueran
cada uno en su tren,
                               siempre de noche.

Cada uno en su tren, como estas sombras
que por mi lado pasan sin mirarme.

Cada gesto es un nombre,
cada forma de andar, de ceñir la cintura
o de encoger los hombros
es forma de otra forma y es dibujo de un nombre:
disuelta en claridad, cada figura
se subsume en la distancia de mis sueños.

Rehenes de la luz que los recorta
contra una fuga de traviesas y raíles,
hacia su tren caminan los viajeros.
La embocadura ofrece al fondo
un sur de descampados,
un telón de desagüe de vagones y vidas.

Este tren va a partir y yo me quedo
de pie en esta estación
que es término y principio,
de todos los adioses:
lugar que sigue siendo símbolo de la vida,
metáfora del mundo, trasunto de la muerte.

Tal vez aún quede tiempo
para que, de la calle,
saliendo de las sombras, alguien llegue en silencio
y me toque en el hombro,
y me coja la mano como un hijo la coge
y me diga:
                    “No es hora todavía
aunque es muy tarde ya.
                                       Vamos a casa”.
Estación de término. 
Blas Muñoz Pizarro.