No hay quien se mantenga en pie frente a él en el duelo a espadas. Con las alabardas y sus primas pequeñas nadie gana a su brazo, y al estoque tampoco tiene rival.
Quien venga con ganas de pelea se las va a ver putas. Cómo los samurais de antaño, sólo se derrota si sabe que no hay más remedio, y el honor siempre va por delante.
Mas intenta derrotar al río y descubre no hay quien pueda cortar una corriente. Ya puede mezclarse el sudor y la sangre con las aguas que corren, que al mundo entero va a darle igual. Y, desconcertado, al desdichado guerrero solo le queda abandonar la lucha o dejarse envolver por el agua, en un empate táctico de fuerzas que pelean a distintos niveles.
¿Y quién ha ganado, entonces?
be water, my friend :)
ResponderEliminarsi entro como anonymous no cuenta que sea yo. que tengo la ip (o lo ke sea)dinámica y hago lo que quiero. y si quiero corillearte, pues entro y te cotilleo. y nada de maruja,oiga!
ResponderEliminarUouh! Buen texto, muy solemne XD
ResponderEliminarMmmmmm. Yo creo que el agua gana desde el principio, precisamente porque no tiene intención de ganar. En realidad, no tiene intencionalidad ninguna. Es la que es y el que quiera que lo comprenda. Creo que el guerrero se ha equivocado de enemigo.
ResponderEliminar