Dos rasguidos a la guitarra, peinándola con furia, el brazo que sube y vuelve a caer con fuerza. Y una sola gota que sale despedida de sus ojos antes de que agache la cabeza y el resto se pierda entre la maraña de rizos oscuros.
A pie de escenario, su Riotgirl, la única figura coloreada de la masa de gente, los jóvenes sin esperanza. Ella está de pie, inmóvil, casi congelada en el tiempo. Se limita a mirar al chico de la guitarra, sonriendo.
Poco a poco, alza las manos. cruzando las muñecas mientras los dedos dibujan trazos en el aire. Y empieza a bailar...
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Di "amigo" y entra