Caminando de regreso a mi casa, en la madrugada del sábado, veo que al lado de un contenedor de basura hay una televisión rota, tirada.
Me acerco a verla, a ver cómo son sus tripas. Es normal, dentro de lo que cabe.
Examino los componentes de las placas principales, buscando cosas curiosas y leds, y pensando que si tuviese un soldador me apropiaba de unos cuantos condensadores. Ligeramente preocupante.
Pero lo peor de todo es que, por un momento, siento pena al ver los circuitos rotos.
Creo que tengo un problema.
Sacudo la cabeza, pero el recuerdo de la televisión rota, destripada, abandonada a su suerte en esa fría noche de noviembre me acompaña hasta casa.
(Moraleja: niños, no estudiéis teleco).
No, Niños, no tomeís drogas; pensais que una tele tiene vida o algo.
ResponderEliminarDROGAS MALAAAAAAS! xDDDD
Lo que causa trauma es que todos en algun momento fuimos, somos o seremos esa tele... quizás por eso no te la sacas de la cabeza...
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