Es sencillo en el fondo, como todo. Siempre digo que cuando algo parece demasiado complejo en lo que tiene que ver con personas es que no lo estás enfocando bien.
Sé cuando se acerca el momento en que el otro-yo tomará el control, ese otro-yo sentimental, no cínico, el que aún tiene fe. Aún tengo tiempo para decidir, pero no demasiado. Como un hermano mayor de mí mismo, debo mantenerme alejado del peligro mientras pueda, descubrir lo que no me conviene y, antes de que pueda abandonarme al "que decida mis sentimientos", cortar el camino. Me he acercado lo suficiente como para asegurarme de que estoy en peligro y toca decidir, pero no tanto como para cruzar la línea. Aún.
Esperaré el gesto que haga que no necesite pensar, pero tomaré ahora las medidas para que, si no llega, estemos preparados. Ya me lo cobraré en ganas de seguir adelante, en tardes viéndole algo de sentido a las cosas o en nuevas oportunidades.
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