Viña Rock: La Crónica (II)

El sábado, aún lloviendo, abrió la sesión Transfer, con su "Buena Cara" y la historia de "Desde que te vi". Rock sencillo, como mejor llega. Luego Trashtucada. La chica era un auténtico tornado con trenzas, amén de guapa como ella sola (aunque sin superar a Bebe).

 Así nos llovía, así, así

Vuelta a la tienda para cambiarse. En ese momento le di un nuevo significado a lo de vestirse en modo cebolla: 2 calcetines en cada pie, con una bolsa de plástico entre medias (importante tener los pies secos, lo dicen siempre). 2 pantalones, una camiseta corta y 3 largas, además del chubasquero. Y pañuelo. Ande yo caliente...

Y ya estábamos listos para soportar la llovizna y el frio. Rapeamos un poco su Zpu y le escuchamos hablar de su sueño. Luego vino el que para mí fue el mejor concierto de todos: Rulo (ex-cantante y esencia de la Fuga, de la cual ya hablaré...) y la Contrabanda. Algunas canciones nuevas para presentarse, pero las Olas, Majareta, P'aquí p'allá... Se notaba que la Fuga era él. En Muchachito Bombo Infierno un chico pintaba un cuadro durante el concierto, y se pudo bailar y dar palmas. Sfdk sentados comiendo pizza y el otro gran grupo heavy de mi adolescencia: Avalanch. Tocaron "Lucero", que creo que fue de las primeras canciones con las que me enamoré, entre algunas otras canciones viejas y nuevas.

 Ok, a lo mejor el hombre no es un lumbreras (véase su costumbre de escupir hacia arriba en los conciertos)

pero tiene 'ese' toque.

Finalmente, un ratito de Gambino (me encanta el buernrollo de este hombre) y cerraríamos con Iratxo. El tio se puso a separar a la gente a lo Moises (separarlos para que al primer guitarreo hubiera un pogo del carajo) y el otro gran momento fue cuando el teclista, disfrazado de Pollo gigante, se lanzó al público. Yo le vi de cerca, menuda cara de acojone. No hay nada como encomendar tu integridad física a un grupo de punkis, hippies y rockeros en general, medio borrachos la mayoria, a las 4 de la mañana.

El concierto fue principalmente de ska y rock, así que no hubo baladas de éstas, pero vale la pena.

La verdad es que el segundo dia es casi siempre el mejor. Te has hecho ya al ambiente, y no estás tan cansado como el domingo. Pero aún nos quedaba otro día!