Es pequeñito y ligero. Negro con patas blancas, ojos grandes y verdes, o así me lo imagino. Asustadizo, tímido y creo que está un poco confuso. Tiene sueño (siempre tiene sueño).
Nació ayer, en torno a las 2 de la mañana. Hizo ¡plop! y ahí estaba. Ahora no sé qué hacer con él. No sé si darle de comer o dejar que se busque la vida, y a ver.
Dicen que hay que tener cuidado con las palabras, nunca sabes lo que puedes conjurar.
Uuuuh...
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