La Senda cumple 3 años.

Así es, el 31 de mayo de 2008 escribía mi primera entrada. No sé si esto lo he repetido ya, pero un dia al año no me importa parecer el abuelo cebolleta.


Ya he mencionado otras veces la importancia de las personas que este blog ha traído hasta mí. También, lo que me ha permitido saber sobre las que ya conocía (a ver si creéis que todo fluye en un solo sentido). Este año más o menos se han mantenido los mismos, y yo que se lo agradezco, aunque cada vez escriban menos (naranja, algún dia te voy a tirar de las orejas) Por otro lado, bienvenidas Indy e Isi, que han sido las nuevas incorporaciones a los caminantes. Siguen muriendo gatitos por doquier por todas esas personas que leen y no dicen nada, pero me temo que eso es ya inevitable.

¿Qué ha sido el blog este año? Creo que... una especie de purgador. Ha sido el momento de terminar de sacarse lentamente algunos demonios. Darme cuenta de que estoy hastiado de ellos, y que tranquilamente puedo dejarlos ya fuera. Y es al echarlos y ponerlos bajo el foco cuando uno se da cuenta de lo tristes y débiles que son.

Quizá sea un ciclo, pero yo mismo me empiezo a notar con menos ganas de escribir. Porque, como he dicho otras veces, me doy cuenta de que hay demasiadas cosas que ya he dicho, y darles vueltas ha dejado de ser útil o constructivo. Por otro lado, hay cierto cansancio general con la poca colaboración de las personas. Muy poca gente tiene la energía o el valor de dar la cara por sus sentimientos o pensamientos, y están dispuestas a convertir rápidamente cualquier intento de contacto en un "gato y ratón" fútil. Todo el mundo quiere ser entendido y confortado, pero muy pocos son capaces de echarse un vistazo y hablar de lo que ven, admitir lo que haya. En esa tesitura, nace cierto componente de "¿y por qué se lo pongo yo tan fácil?". En fin, preguntas sin resolver.

Qué bajonero me ha quedado. Bueno, que quede claro que de momento seguimos en la brecha. Con más cuidado, con más tendencia a la eliminación selectiva de entradas, pero con todavía unas cuantas cosas que decir o compartir.

Gracias por estar ahí.