viernes, 10 de abril de 2009

Home, sweet home.

Gracias por cumplir tu labor educadora, gracias por la moraleja.

Si te llevo la contraria, si digo lo que pienso aunque sea desde el respeto, y no tienes argumento para contestar, te cabrea. En tu tiempo eso era una falta de respeto, y no has cambiado. Y como te cabreas pero no sabes qué decir, primera leccion de como razonar "es sí porque yo lo digo". Pues vale.

Al cabo de un rato regresas más enfadado todavía. Supongo que le has estado dando vueltas y no te ha gustado darte cuenta de como has quedado. Así que amablemente me ofreces la segunda lección de como razonar: amenazas. "Te has quedado sin esto, y sin esto, y yo que tú me andaría con cuidado porque te puedes quedar sin esto también."

Así que no, no me has mostrado que tengas razón ni mucho menos. Lo que me has enseñado es que es mejor callarse y aguantar, porque cuando una de las dos partes tiene todo el poder no se trata de ganar, sino de intentar que no te jodan demasiado. Lección aprendida, gracias. Pero ahora te podría enseñar yo otra: el que mantiene el control a golpe de estar en cierta situacion de ventaja se va a encontrar con que tarde o temprano, cuando pierda eso que le hace estar por encima, la cosa cambiará. Y entonces... bueno. Él no sé si perderá o ganará algo, pero yo desde luego que voy a ser mucho, mucho, mucho más feliz. Lejos. Porque otra cosa no sé, pero buena memoria tengo. Y juro que me voy a acordar de esto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Di "amigo" y entra