sábado, 12 de diciembre de 2009

Con bacon. Y cebolla.

Acabo de comprender que el verdadero significado de vivir en un piso de estudiantes es poder llegar a las 2 de la mañana y comerte tranquilamente un plato de macarrones en el salón de tu casa.

(Aquí iba un texto sobre una conversación que he tenido esta noche sobre la diferencia entre mentir y coquetear, que es parecida a la diferencia entre hacer trampas a las cartas y marcarse un buen farol, pero dado que no me ha salido nada decente, lo he cambiado por una reflexión mucho más profunda).


Y como extra, un vídeo, relacionado con otra parte de la conversación por la cual nuestra querida Bibi nos colocaría a los 4 en una pira. Bueno, quizás no.



Y es que la amistad entre hombres y mujeres, sencillamente, no existe.

4 comentarios:

  1. A ver las de gatillo fácil, que la última frase no la digo en serio (sólo el 50% =P). Ya se puede comentar xD

    Y ahora es cuando nadie comenta y me quedo solo =( Pero nadie lo sabrá a no ser que entre en los comentarios solo para ver quién ha comentado y no para comentar, en cuyo caso dicha persona será peor persona que yo, con lo cual no me importará haberme quedado sólo.

    Ajá.

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  2. Suscribo completamente lo de los macarrones...

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  3. PD: Y que conste que no lo digo por mi piso! XDDD

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  4. Menos mal que lo aclaras, porque sería preocupante que justo tú con tu círculo de ami@s (o al menos hasta donde yo sé) dijeses esa frase xD

    Yo creo que los pisos de estudiantes se definene más bien por la mierda que son capaces de acumular, por cómo siempre se encuentra un sitio para dejar la basura que "ya se bajará", por las maravillas que te puedes encontrar en la nevera y porque los horarios convencionales, simplemente, no existen ;D

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Di "amigo" y entra