(...) Quizás tuvo miedo de decir la verdad. De confesar su gran mentira y perderme en el proceso. A veces pienso si no hubo malicia, solo temor a perder lo nuestro. ¿Es tan malo entonces? ¿Merece ser castigado alguien que traiciona tu confianza para no hacerte daño? O puede que simplemente fuese más sencillo para ella no admitir nada y fingir que no había pasado. No lo sé.
Mi primera reacción al conocer el engaño fué de rabia, de pensar que al final había sido todo una mentira enorme, y que había tirado a la basura 18 meses de mi existencia. Pero... es tan triste pensar eso que me forcé a pensar más respuestas. ¿Alguien puede fingir durante año y medio? Aunque la avisé de que no quería mentiras, de que necesitaba confiar en ella y rompió su promesa, ¿hay salvación? ¿Es un acto de cobardía o un intento demasiado tardío de no hacer daño? (...)
es complicado, y mucho. desde un punto de vista y desde otro. supongo que solo una persna podria contestar a todas esas preguntas.
ResponderEliminarNo estamos de coña, no. Yo retirado del mundo blog por unos días y de pronto, zas, en toda la boca. Como he dicho, ya me he puesto en contacto con el tal Manuel Esbert, que me parece que no nos ha dicho toda la verdad.
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