Si es que el problema no son los políticos, ni los banqueros, ni la policía, son las personas. Hablamos de ellos como si fueran de otra raza, cuando son personas normales a las que les han puesto dinero y poder en las manos. Cuando la excepción es tener principios, ¿qué esperamos? Antes de salir a manifestarse por la suciedad de los parques cada uno tendría que limpiar el jardín de su casa. Y, entonces sí, a la calle.
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Di "amigo" y entra