sábado, 17 de diciembre de 2011

11:14

Percibo el calor, veo el humo a lo lejos, oigo el crepitar cada mañana más cercano. Sentado en el suelo del salón mirando mis cosas, las que he ido sacando y colocando cuidadosamente. Algunas ya están ennegrecidas, agrietadas, las que me han acompañado a lo largo del camino. Quizás podamos seguir quietos y esperar que esta vez el incendio nos pase de largo, respete esta casa. Quizás podamos tumbarnos a dormir. La alternativa es quemar todo de nuevo por si nos alcanza el fuego.

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