Y un día fue una y otro día es otra, y son las mismas letras, pero ya no escarba, ya no hay espolones ni agujas. No puedo verla entre las pisadas de la gente, sé que está por ahí en alguna parte porque todavía puedo olerla, pero ya no está. Poco a poco se han cerrado todas las ventanas de recuerdos, poco a poco el rojo se seca entre las muñecas. Me subo las mangas mientras espero que se evapore. Por lo demás todo va bien, ¿sabes? Seguimos sin saber qué esperamos, así que con gozo recibimos lo que quiera llegar. Hemos caído de bruces, pero sonreímos contra el suelo. No hace falta andar, ni mirar.
¿Qué será lo siguiente? Qué más da.
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Di "amigo" y entra