La vida aparenta no querer mis principios. Me los presenta tal y como los quiero ver, para luego insistirme en que quite el envoltorio y me arriesgue a excavar. Me desafía a sobrevivir a lo que encuentre. Poda, poda y espera que al abrir las manos aún tengas algo que sostener.
Pero, ah, los finales los elijo yo. Arrebatadas las oportunidades de la suerte y la estadística, soy yo el que decide qué hacer con ellas, cuando estrecharlas, cuando dejarlas caer. Esperando que esta vez no sea la última, que no te equivoques, pero con la determinación de tomar las riendas y hacer lo que debes hacer, cambiando el camino por tu propia voluntad.
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