Nuestras almas han amado un millar de veces.
Por senderos que ya no recordamos,
nos hemos aventurado en vidas insólitas.
Te conozco con extremo, te amo en demasía,
para que esto sea el mero flujo de los años.
Igual que el río talla su curso por el valle,
así tu alma describe la mía a su paso.
En el cuerpo del otro alcanzamos la compleción
como nunca...
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