Tanto lo probó en otros labios que cuando decidió aventurarse solo fue como reencontrarse con un viejo conocido. Suave, dulce, denso. Se encontró sintiendo un beso en el borde del vaso.
Pero con el primer trago se volvió más normal. Ya no era ese raro que jamás bebía café, había perdido parte de su unicidad. Ahora era uno más.
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Di "amigo" y entra