viernes, 9 de octubre de 2009

¿Hasta dónde?

Pongamos que estás sentado en el fondo de una caverna, maniatado y forzado a mirar al fondo de ésta. Pongamos que sobre el fondo de la caverna se proyectan sombras. Lo típico, vamos.

La primera vez que ves una sombra reconocible, se trata de un pato. Es un poco torpe y se mueve de una forma extraña, como abrupta. Te mosquea: ¡vaya mierda de espectáculo! Así que te levantas, y con cierto esfuerzo y cierta pérdida de muñeca, consigues deshacerte de las cuerdas que te ataban. Vamos a ver que hay. Trepas por la caverna, poniéndote perdido de arañazos, ensuciándote y atrancándote cada dos por tres, pero finalmente llegas a la fuente de las sombras: una hoguera y delante de ella un tío imitando a un pato con las manos. Pues vaya. Le dices que se pire a engañar a otro lado y, con muchas cosas en la cabeza, vuelves a tu rincón de la caverna. Te has quedado sin entretenimiento por haber espantado al hombre, pero has aprendido algo.

Al cabo de un tiempo más o menos largo, aparece otro pato de sombra. Éste te hace dudar, ya que aunque se mueve de forma bastante real hay algo que falla, no sé. En realidad es entretenido verlo dar saltitos y en cierta modo podrías quedártelo mirando, pero...¿qué será en realidad lo que ves? ¿Las sombras de un animal de verdad u otro hombre con mucho tiempo libre? ¿Y si por una vez puedes ver un pato de verdad? Te pica la curiosidad, así que vuelta a empezar. Esta vez ya no tienes cuerdas, pero los arañazos, el esfuerzo y en resumen, el jodido trayecto no te lo quita nadie. Total, que cuando llegas a la hoguera es otro tipo haciendo sombras, esta vez con un pato disecado. Vaya, casi cuela. Le haces largarse, y con más cosas todavía en la cabeza vuelves al fondo de la cueva. Ahora ya sabes mucho más sobre las sombras, sobre lo que pueden ser en realidad. Pero te has vuelto a quedar aburrido, solo. La pared está vacía.

La tercera vez que vuelve a aparecer un pato de sombra, ya eliges no fijarte en los detalles. Puede ser real, puede ser que no. Qué más da. Supongo que si es falso, lo terminaré descubriendo tarde o temprano. Y si es verdadero, bueno, mejor para mí, más real será el espectáculo. Subir, ¿para qué? Ya sé que puedo hacerlo, ya sé qué podría encontrarme. ¿Merece la pena subir? Y si vuelve a ser falso, ¿lo harás una vez y otra y otra? Si todas las veces son mentiras, ¿no podrás simplemente nunca sentarte y disfrutar?

Así que te sientas de nuevo, y sin fijarte mucho, sin pensar mucho, ves las sombras bailar una y otra vez delante de ti. Reales, o no, da igual. Es entretenido, es algo, es mejor que una pared vacía así que... Mejor dejarlo estar.

5 comentarios:

  1. Si Platón levantase la cabeza....

    Un amiga muy cursi me dijo una vez que los valientes siempre lo intentan de nuevo.

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  2. ¿Y no se te ha ocurrido salir de la caverna?

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  3. No pensaba, lo único que la inspiración huye o le da por narrar cosas que no se pueden publicar :P

    PD: Pues si no puede salir, que se vaya a la hoguera a conocer gente, que es bastante más divertido que quedarse mirando sombras ;)

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  4. Me ha gustado mucho. ¿Te importa que lo lea con mis alumnos?

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