Vulgaridad.

Dicen los Platero: Al cantar me puedo olvidar de todos los malos momentos, convertir en virtud defecto, desterrar la vulgaridad aunque solo sea un momento. Me encantaría saber cantar. O bailar, break especialmente, o capoeira. Tocar el piano, o el violín. Me entra muchísima envidia cuando veo a un músico con los ojos cerrados, dejando salir la música de él, como si el resto del mundo no fuese consigo. O aquellos que llevan el cuerpo al límite y parece que sean de otra raza, que las leyes físicas sean algo que se haya inventado para romperse.

Lo más valioso que tengo, lo que me ha hecho destacar si acaso en algunos momentos, en mi cabeza. Pero es que tampoco soy particularmente brillante, muchas veces ni me acerco, y mi mente me juega malas pasadas de vez en cuando. En la carrera, en lo personal... y si fallo en lo que supuestamente más valgo, no sé qué pretendo en lo demás.

Tengo un sueño recurrente. Caminar entre las personas y, de pronto, echar a volar. Dice bastante eso de mi estado mental, supongo, pero qué le voy a hacer. No necesito consultar libros de interpretación para saber qué significa. Anhelo escapar y ser diferente. Supongo que es lo mismo. Querer tener algo diferencial, salir aunque solo sea por poco tiempo de la normalidad de la masa. Dejarte llevar, ser algo más. Un talento, que dicen. Un don.

No me quejo, que nadie me malinterprete. Me gusta como soy. Pero en determinados momentos simplemente me gustaría tener algo que me permita olvidar qué soy. Trascenderme.

No es placer, es necesidad, es viento, es lluvia, es fuego.
Derramar todos mis secretos,
esnifar los rayos de sol y descongelar el cerebro
y sentir que no estamos muertos.

(*)