¿Y qué hago? Si rompo mis promesas un dia después de formularlas y semanas antes de cumplirlas. El impulso era muy poderoso, todo hay que decirlo, ¿qué no?
Al final serán las reglas de siempre; mi derrota implicará la caída del enemigo, y solo gano si ganamos los dos (difícil). Pero mañana como ayer, los mapas seguirán sin perdonar y si puedo situar el pulgar entre nuestros respectivos puntos, es posible que todo acabe.
Qué hacer, qué hacer, qué hacer...
Lo de siempre. Al final desgastaré las punteras de las zapatillas de tanto patear piedras. Porque yo nunca tropiezo, ¿lo olvidaba?
tu equipo se come demasiado la cabeza.. creo que necesitan a la rata punki para irse de fiesta y verlo todo mas facil^^
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