martes, 18 de septiembre de 2012

Con la vida en pausa

A la espera de una llamada telefónica que, melodramatismos aparte, probablemente me cambie la vida. Y es que hasta hace poco tiempo pensaba que me iría a vivir a Madrid al menos durante dos años. Organizada la residencia de estudiantes y la matrícula del máster, salió una oportunidad once-in-a-life-time de ir a trabajar a Barcelona. De estudiar máster a comenzar a trabajar, de residencia a piso de estudiantes, de mis orígenes a una ciudad nueva, del centro de España a la puerta de Europa. Y veinte contrastes más. Todas esas variables dependen de una simple llamada telefónica que tendría que llegar en algún momento entre esta tarde y mañana.

Hasta ahora todo han sido elecciones, pero propias y más o menos orientadas. Es la primera vez que me encuentro ante algo tan absurdamente significativo y, sin embargo, fuera de mi alcance.

Lo curioso es que, pase lo que pase, también es el momento de mi no demasiada dilatada existencia en que más poder creo que tengo para hacer lo que yo quiera. Hay algunos prejuicios, unas cuantas "guías" o "raíles" vitales que empiezan a desaparecer y me encuentro con que soy libre. No hace falta seguir haciendo las cosas como hasta ahora.

A partir de mañana, con suerte, esto va a cambiar. A lo que yo quiera.

2 comentarios:

Di "amigo" y entra