Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí mismo como una luna en el agua.
Julio Cortázar, Rayuela.
Hola, acabo de caer por casualidad en tu blog y me fascinan las dos últimas entradas. Los tengo recientes ambos, y ambos me han encantado. Y me gustan los fragmentos que elegiste. Un saludo!
ResponderEliminarHola jane! Espero que hayas caído bien :p me alegro de que te gusten y coincidamos. Yo aún tengo pendiente Rayuela, seguramente acaben cayendo más textos por aquí...
ResponderEliminarUn saludo!