Últimamente me fallan un poco los textos publicados, mientras que los borradores se me acumulan. Escribo, sigo escribiendo, pero normalmente al párrafo o a los dos párrafos me entra una sensación indeterminada que me hace cerrar la página, muchas veces sin guardarlo siquiera. Creo que he concretado una de las razones.
He recordado una clase de Economía que tuve este cuatrimestre. Hablábamos sobre el criterio que debía imperar a la hora de contratar a un hombre o a una mujer suponiendo un caso hipotético de que tuvieran exactamente las mismas cualidades profesionales . Había alguna una radical en clase, de las de "ahora los machos vais a pagar por todos estos años de opresión" y como yo con esas cosas no puedo, salté a intentar meterle un poquito de sentido común en esas proclamas que soltaba como hachas. El profesor intervino para apoyarla a ella, así que, aunque un poco sorprendido, me callé. No quería discutir con el profesor delante de todo el mundo y, a dos semanas del examen, mejor no perder más tiempo de clase.
En el descanso me acerqué a hablar con él a cantarle las cuarenta, un poco indignado porque una persona de su sabiduría apoyase las burradas pseudoprogresistas de mi compañera. Pero tal como empecé a desarrollar mis argumentos, por la cara que me iba poniendo y viendo que me daba la razón a cada paso, me iba dando cuenta de lo estúpido que era mi comportamiento. Claro que tenía razón. Pero yo tenía razón en algo que era tan absolutamente evidente que él directamente daba ese supuesto por válido, y los contra-argumentos que me daba antes en clase ya iban por encima. Me sentí como un niño pequeño explicando algo tan obvio que si no lo escuchan es porque todo el mundo ya lo sabe.
Lo que vengo a decir es que ahora, a la hora de escribir algo que antes hubiese puesto sin pensar, pienso: ¿y cuál es la novedad? ¿En serio hace falta decir eso en voz alta? Todas las normas ya han quedado claras, las metáforas y las tonterías literarias ya no van a enseñarte nada. ¿Para qué desarrollar un tema sobre lo que ocurre cuando ves la vida de cierta forma, si está claro cuáles van a ser las conclusiones?
Así que últimamente me callo más, tanto escribiendo como en persona. Porque hay ciertas verdades que son tan evidentes que no merece la pena ni mencionar. O ambas partes las entienden sin decirlo o directamente no merece la pena intentar demostrárselo al otro.
De obviedades vive el hombre, pero sí, a mi también me ha pasado. Supongo que llega un punto en que se acaban los temas :P
ResponderEliminarQuizá para recordárselo a los que lo han olvidado.
ResponderEliminarDe todas maneras, no te voy a animar a que escribas lo obvio porque en ese sentido soy como tú... Así que, haz lo que te parezca.
Saludos ~
Hay veces que las cosas más obvias son las que nunca vemos, siempre está bien recordarlas. No me molesta para nada, es más te agradezco que hayas perdido unos minutillos leyendo mi blog, Si no te importa te sigo!
ResponderEliminarSaludos!
También puede ser SPM
ResponderEliminarxD
Fuera de coñas, yo tuve una época parecida hace unos 4 o 5 años. Pasé de rellenar diarios como una obsesa a sentir que no tenía nada que decir.
Hay que decir que por aquel entonces mi vida cambió de forma radical, y tras una breve crisis creativa (y de comprobar que no era SPM) descubrí que la vida es más interesante cuando la vives que cuando la escribes.
Aunque en tu caso, probablemente sea SPM
Existe la visión práctica y la poética.
ResponderEliminarLa práctica pasa por decirte que respires. Los exámenes estresan y todo parece más importante de lo que en realidad es.
La poética es que uno escribe, a veces, no para contribuir al mundo científico en el que nos imbuímos sino para crear un debate en el que tanto el emisor como el receptor deben partir de la base de que ninguno posee la verdad absoluta =) [Tengo por ahí algo interesante relacionado con esto, a ver si te lo paso...]
(unbesodeesospararespirar)
;)