Pero es que... Si cierro la puerta, nadie me asegura que pueda volverla abrir. Quizás me domestique del todo, sin vuelta atrás. Quizás deje de ser el que soy. Ahora al menos puedo elegir cuando salir corriendo, sí me quedo... Si me quedo es posible que algún día me echen, cuando ya me haya vuelto un perro casero, cuando se me haya olvidado como sobrevivir en la calle. Entonces sólo me quedará gimotear en la puerta esperando que me dejen volver a entrar.
Ay, no, amigo. Lo siento. La puerta se va a quedar abierta. Vale que así quizás no llegué a estar todo lo cómodo que pudiera, o a sentir todo el calor que hay en casa. Pero el precio a pagar si sale algo mal es demasiado alto. Y me gusta poder correr.
El problema de salir es que, a veces, no se quiere regresar.
ResponderEliminarSonrisilla. Me ha gustado mucho. ¿Qué tal se viviría en una casa sin puertas y con ventanas muy amplias, patio al fondo, en la que sentir que nada aprisiona pero que todo resguarda? Molaría.
ResponderEliminarAntes que el calor, elijo la libertad.
ResponderEliminarEn todos los aspectos de la vida...
Antes que la comodidd, elijo la libertad.
"tiene miedo de encontrarse y miedo de no ser"
ResponderEliminaralguna vez te has parado a pensar en la cantidad de significados diferentes que le da la gente a la palabra libertad? para algunos la libertad son unas manos blancas, para otros la libertad es un puño; algunos se creen mas libres cuando corren(supongo que por lo de el viento en la cara y esas cosas), yo debo de ser demasiado vaga, y nunca me ha gustado mxo eso de correr... para mi la libertad es caminar, sin prisa pero siempre con miedo, nunca se sabe donde nos llevara el camino.
y ya me voy, que aun no habia dejado huella por aqui.