domingo, 19 de octubre de 2025

Y contando (93)

Hoy estoy fuerte, contento. Se que es temporal, pero también son temporales los bajones y me permito sentirlos, así que... me dejo disfrutar de lo bueno también.

Y hay una parte que creo que no es temporal. Van calando los mensajes. 
  • Pero... ¿qué es lo que tú quieres?
  • Los "no" te acercan a los "sí" que realmente quieres.
  • Tienes que relacionarte desde la preferencia, no desde la necesidad.
  • Esta vez el diálogo interno lo ha ganado el cuidarte, no el apego.
  • "Ahora que me quiero y estoy curado...¿qué me ofreces?
Hasta el algoritmo me anima a seguir renunciando, no con la secreta esperanza de que sea el camino para conseguirlo, sino... simplemente, renunciar. Renunciar porque esto no vale la pena. Decir que "no". Si algo tóxico volviera transformado, se le puede dar la oportunidad, pero entender que es mejor perder que volver a tenerlo de esa manera. Soltar. No es la filosofía de "suelta para ver si vuelve". Es "suelta, porque tienes que hacerlo, porque no quieres esto, y si vuelve que sea de otra manera, pero que no te encuentre esperando".

Los hechos hacen a la persona. Estoy cansado de ese remolino de dudas, del "puedo salvarlo". Que me encuentren a mí, yo voy a avanzar. No todo es buscar el amor. Quiero que cuando ocurra, sea que valga la pena, y si hasta entonces hay que estar solo, sea. Será que no tengo cosas bonitas y valiosas suficientes. Será que no lo valgo. Tsé. Las dichosas migajas. Se acaba. Aceptamos migajas solo si no quiero otra cosa. Si no, puerta.

Y en lo profundo...¿qué? Ya está bien del "pero sus circunstancias..." ¿Y las tuyas? Todo el mundo tiene pies para hacer camino y boquita para arreglar las cosas. Así que... camina, camina.

Soy más feliz así. Prefiero estar enfadado que triste, y el "hijoputismo" a la pena permanente. Vamos a seguir cuidándonos y arreglándonos, pero lo bueno se lo compartiremos a quien se lo gane, cuando llegue. Mientras tanto, para mí. 

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