lunes, 6 de octubre de 2025

El fin de la infancia (81)

 De esto me he dado cuenta solo.

Porque pensaba: ¿cómo puede una sola persona hacer tanto daño? ¿Cómo puedo sentirme tan triste solo por haberte visto?

No eres tú, eres lo que representabas. Contigo fui vulnerable después de no permitírmelo durante más de un tercio de mi vida. Contigo el niño interior salió a jugar, se atrevía a reír tranquilo. Amor. Esa palabra que me da tiricia, eso es lo que sentía. Amor, esperanza, vulnerabilidad. Todo lo que guardaba porque no confiaba, porque temía que si lo mostraba acabaría abandonado otra vez.

Y el problema es que así fue. Como tenerle temor a la oscuridad, aprender a disfrutar el dormir solo y despertar un día y descubrir que era verdad, que en las sombras había monstruos.

Por eso tanta pena, por lo que representas. Por haberme hecho perder la parte de mí que más atesoro, por volver a recordarme que hago bien en esconderla. Por enseñarte al niño y en tu inconsciencia volver a mandarlo a la oscuridad a solas. Tú  que además le viste tan claro desde el principio. Tú que le llamaste, le abrazaste, le decías "cariño" y sonaba de verdad. Tú que hiciste oídos sordos cuando te pedía que no lo dejaras, que buscaras otra manera. Cómo voy a perdonarte eso.


- Es que era mi esperanza. Iba a poder ser feliz para siempre, ¿sabes? No me había sentido así con nadie. De poder ser yo mismo y que me quisieran así, de trabajarlo todo en equipo, de tener "emoción" pero estabilidad también, de crecer juntos. Perder la imagen de ella es como creer no voy a poder ser feliz en este aspecto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Di "amigo" y entra