martes, 25 de febrero de 2014

Cinta

He conocido a una chica en la piscina del gimnasio hoy. Se llama Cinta, aunque podría llamarse de cualquier otra forma. He pensado que Cinta le quedaba bien.

De nuestro primer contacto he aprendido que:
  • Le gusta nadar.
  • Se está poniendo en forma.
  • Lleva un bañador negro con rayas de colores y un cruce de cintas en la espalda.
  • Tiene un lunar en el omoplato izquierdo

Cinta es muy guapa. Con sus kilos de más (de más que las malditas que campan hoy en día por todos lados creyéndose las reinas del mambo), sus ojeras, su enrojecimiento y su pelo recogido bajo un gorro de baño tan anodino como cualquier otro. La chica de la calle de al lado era muy guapa también, pero esa no sé como se llama aún.

Cinta no llevaba maquillaje, o se lo quitó antes de entrar en el agua. Cinta no nadaba con tacones ni se contoneaba ni competía con las otras nadadoras a ver quién era la más apabullante haciendo los 100m espalda. Cinta iba a lo que iba, a nadar. Y por eso me ha encantado.

Diox, estoy tan, tan, tan, tan cansado de los potingues, los complejos, las competiciones. Del darlo todo para la gente que no conoces pero te puede valorar y guardar las tormentas para dentro del hogar. Tan cansado de los tangas, los tacones, los rellenos, marcarlo todo y luego el "no, es que no me siento bien para que te acerques". Pero sí para ponerte una baliza en la cabeza.

La culpa no es de la televisión, ni de la sociedad, ni leches. La culpa es del pavo crónico y no querer pagar el precio en energía y complejos que conlleva el estar bien pese a todo.

Adoro las chicas normales. Que me digan donde está el montón, que me tiro de cabeza.

1 comentario:

Di "amigo" y entra