El día menos pensado chasqueo los dedos y me nacen alas. Vuelvo al cosquilleo, las ganas de amoldar gritos de felicidad en la garganta, el trazar espirales crecientes en el polvo de la senda. Levantar la vista porque sí, y tener como tope el techo y no el suelo -el mundo bocaabajo-. El día menos pensado vuelvo a ser yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Di "amigo" y entra