domingo, 19 de mayo de 2013

¿Cambiará algún día?

No importa que un comportamiento esté alto en la lista de necesidades de una persona, que sea sencillo y gratuíto y que el no obtenerlo haya provocado infinidad de discusiones con otra. En ocasiones lo tendrá y en otras no. Y la única oportunidad de tirar adelante es no protestar, dar las gracias, disimular y que todo esté bien.

Con cada prueba me chafo un poco más.

¿Por qué?

Me siento como un adolescente. Que se da una y otra vez contra la naturaleza humana porque todavía no ha encontrado el resorte o la explicación. ¡Que los tópicos son ciertos! Que la gente miente, es egoista y daña a su pareja y amigos gratuítamente sin venir a cuento. Que la injusticia está a la orden del día, la igualdad es una broma y la coherencia es algo tremendamente ocasional.

Y perdonadme el texto rollo quinceañero de "qué malo es el mundo". Era esto o una entrada que dijera simplemente "¿Estamos locos?" Y alguna vez me lo tenía que quitar de encima, por vergüenza que me de.

Entonces pienso. Si mi rabia es también evitable y daña a la otra persona, si la dejo ir por estas actitudes, ¿soy igual que esa persona? ¿O me salva el que todo esto sería inexistente si la otra persona actuara bien de primeras?

¿Me da todo esto derecho a saltarme mis propios compromisos?

La verdad es que si no fuera a sentirme tan ridículo comenzaría a preguntar por todos lados. ¿Hay alguien que haya conseguido alguna vez una relación humana de sinceridad, honestidad y confianza plena? ¿Es posible? ¿Va con la edad? La única forma de evitar este repiqueteo de decepciones es establecer lazos (colegas en vez de amigos, aventuras en vez de parejas) donde nada de esto sea esperable. ¿Es eso?

¿Cambiará algún día?

1 comentario:

  1. La gente no "es mala" o el mundo no "es malo". Será que la gente, a veces, hace cosas malas.

    Hay una diferencia crucial en la palabra. La primera frase integra la persona con una etiqueta ("soy malo, no hay nada que hacer"), la segunda da la oportunidad a la variabilidad ("a veces, hago cosas malas").

    En realidad, también tenemos que discutir el tema de la "maldad". ¿Qué es 'malo'? ¿Hay algo 'perfecto'? ¿Qué es 'bueno'?

    Te doy un ejemplo básico. Tengo un amigo que se llama Antonio. Es un queridísimo amigo con el que he compartido un millón de vivencias y pensamientos. En sus manos dejaría mi vida porque me fio de él. Eso no quiere decir que no hayamos discutido nunca o que no nos hayamos gritado hasta quedar afónicos. Pero a pesar de esos momentos en los que me he acordado de toda su familia y en los que he pensado: "¿por qué leches le habré conocido?", sé cómo es y lo que nos une. A pesar de esos momentos (perdona la expresión) de mierda, todos los demás momentos (los positivos) pesan mucho más.

    Por otro lado, a veces hay que entender que las relaciones se acaban por las causas que sean. Y hay que seguir adelante, sin pensar más de la cuenta y aceptando que se acabó. Y ese "se acabó" implica un procesamiento de lo vivido, quedándonos con lo positivo y racionalizando lo negativo.

    No sé si me explico...hoy me siento un poco densa.

    Un abrazo y ánimo,

    Finc

    ResponderEliminar

Di "amigo" y entra