jueves, 10 de julio de 2014

Dulce




Es mi tercer pulmón. Normalmente no le pido mucho, así que me acompaña y me acompasa, se duerme o se despierta, casi nunca da problemas. No hace ruido ni quiere protagonismo. Pero hace unos meses casi dejo de respirar. Y Dulce respiró por mí todo el tiempo que hizo falta. Hasta que no fui capaz de obtener mi propio oxígeno de nuevo, ella se encargó de sostener todo este tinglado. Le estoy muy agradecido.

Es un escudo anti-locas. Dice que lo fue así que sabe reconocerlas y me previene por gracia que le hagan - sabe que son mi perdición. Pesada como ella sola si ve que me va a hace falta. A veces se le escapa un poco la culebrilla que lleva dentro, pero a diferencia de mí ella sabe cuándo y cómo contenerla.

Pulmón y escudo.

Dulce tiene 24 años ya. Dulce no es niña, ni chica, que es mujer.

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