miércoles, 29 de febrero de 2012

En el tiempo de descuento.

Cuando vives en el tiempo de descuento de una ciudad, todo comienza a cambiar. Los sitios más comunes tienen un aire distinto, comienzan a impregnarse de la nostalgia que les acompañará cada vez que los vuelvas a ver. Reúnen su colección de recuerdos como quien colecciona cromos.

Cuando vives en el tiempo de descuento de una ciudad, un contador se instala también en cada persona, y cada día que pasa es una vuelta más al reloj. Si los sitios se vuelven más reales con el peso de las experiencias, creo que las personas se convierten en más insustanciales. Una relación que vives día a día comienza a transformarse en el "qué seremos cuando me vaya". Las peleas importan menos, las emociones se suavizan. Es como estar añadiendo las últimas fotos a una caja de recuerdos. Lo que empaña estos últimos momentos es la certeza de que, por mucho que te esfuerces, el calendario ya marca el final de ese lazo.

Siempre he vivido con esa certeza encima de cada persona que he conocido. Tarde o temprano desaparecerá de mi vida. Meses, años, no importa. El lado positivo es que no puedo permitirme depender de nadie, así que a mí nunca me ha cazado el miedo a perder. El lado negativo es no poder construír nada permanente. ¿Cómo podría engañar a alguien con un "voy a estar aquí", cuando yo mismo sé que no será así?

6 comentarios:

  1. A lo mejor es que primero tienes que empezar por creer que será así.

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  2. Tiene gracia, alguien acaba de decirme algo que me ha recordado a esta entrada. "En tiempos modernos, casi todos los monstruos que existen son los que nos creamos y son tan fuertes como hagamos que sean. Y uno no debería tener miedo a las creaciones de uno mismo, sino desaparecerlas."

    Quizás tus monstruos se encuentren ocultos en este texto y quizás valdría la pena desaparecerlos.

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  3. @Isi: Es una cuestión real, llevo habitadas 4 ciudades/pueblos distintos, y me quedan meses en este.

    @Anónimo: pero es que no es mi monstruo, es mi compañero de viaje.

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  4. Para mi algo que pone cronómetros en las personas que me rodean haciendo que lleve una cuenta atrás con cada una de ellas, es un monstruo. De los feos además.

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  5. A mí me ayuda a tener los pies en tierra. Que no veas que se van a ir no significa que no lo vayan a hacer.

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  6. Ah, en ese caso es distinto... Pero bueno, siempre puedes volver. Y si no, algún día te acabarás estableciendo en algún lugar ^^

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