domingo, 7 de noviembre de 2010

Dilema moral.

De una entrevista que publica hoy El País a Felipe González:

Ya hace mucho que no estoy en el poder pero te voy a decir una cosa que a lo mejor te sorprende. Todavía no sé siquiera si hice bien o hice mal, no te estoy planteando un problema moral, porque aún no tengo la seguridad. Tuve una sola oportunidad en mi vida de dar una orden para liquidar a toda la cúpula de ETA. Antes de la caída de Bidart, en 1992, querían estropear los Juegos Olímpicos, tener una proyección universal... No sé cuánto tiempo antes, quizá en 1990 ó 1989, llegó hasta mí una información, que tenía que llegar hasta mí por las implicaciones que tenía. No se trataba de unas operaciones ordinarias de la lucha contra el terrorismo: nuestra gente había detectado -no digo quiénes- el lugar y el día de una reunión de la cúpula de ETA en el sur de Francia. De toda la dirección. Operación que llevaban siguiendo mucho tiempo. Se localiza lugar y día, pero la posibilidad que teníamos de detenerlos era cero, estaban fuera de nuestro territorio. Y la posibilidad de que la operación la hiciera Francia en aquel momento era muy escasa. Ahora habría sido más fácil. Aunque lo hubieran detectado nuestros servicios, si se reúne la cúpula de ETA en una localidad francesa, Francia les cae encima y los detiene a todos. En aquel momento no. En aquel momento solo cabía la posibilidad de volarlos a todos juntos en la casa en la que se iban a reunir. Ni te cuento las implicaciones que tenía actuar en territorio francés, no te explico toda la literatura, pero el hecho descarnado era: existe la posibilidad de volarlos a todos y descabezarlos. La decisión es sí o no. Lo simplifico, dije: no. Y añado a esto: todavía no sé si hice lo correcto. No te estoy planteando el problema de que yo nunca lo haría por razones morales. No, no es verdad. Una de las cosas que me torturó durante las 24 horas siguientes fue cuántos asesinatos de personas inocentes podría haber ahorrado en los próximos cuatro o cinco años. Esa es la literatura. El resultado es que dije que no.

Creo que está claro que hay que decir "no" en este tipo de situaciones, por la democracia, el derecho a un juicio justo, etc. Pero, tal y como él dice: ¿y cuando vuelvan a matar? ¿no salirse de los límites democráticos vale tanto como la vida de unas cuantas personas inocentes? ¿realmente? Abstrayéndose de cuestiones más prácticas, como que probablemente la contraofensiva hubiera sido mucho más sangrienta, que se les hubiera pasado a considerar poco menos que mártires, que Francia se nos hubiera echado encima. Si eliminamos todo eso, y dejamos sólamente la decisión, el hecho descarnado,...¿entonces qué? ¿democracia o justicia?

2 comentarios:

  1. Impresionante. Yo no sé qué contestar. Sólo se me ocurre ponerme en plan socrático y preguntar ¿qué es la justicia? ¿Es venganza? ¿Es retribución? ¿Es preventiva? Estos son los únicos interrogantes que realmente me aceleran el corazón. Por eso no me gustaba la ética: porque eso sí es real. El origen del cosmos, la composición de la materia, la estructura de la realidad, los procesos de conocimiento... no me alteran el corazón. Esto sí.

    ResponderEliminar
  2. Es que en este caso hubiera sido un todo en uno, venganza, retribución y prevención. Si no fuera porque hubieran salido más de debajo de las piedras.

    Creo que el Estado hizo bien en no declarar una guerra de "todo vale" contra los etarras, y gracias a eso (a pesar de errores como la "tregua permanente" que acabó con la explosión de la T4 y muerte de dos personas) cada día que pasa, ETA se debilita militar y popularmente.

    Así que esta decision, y mas desde el punto de vista de un presidente del gobierno, aunque "dolorosa" podía ser clara.

    Ahora bien, eres un policía de a pie, y tienes a un etarra a tiro, en una situación en la que se justifica disparar. Yo ahí creo que... no sé. Demasiado, como dices.

    ResponderEliminar

Di "amigo" y entra