Es un juego muy peligroso éste. Nos forzamos a relativizar todo y a asumir que mientras el corazón no nos falle, es mejor no prestarle atención. Pero llegados ciertos momentos uno se pregunta si realmente no estará metiendo todo en un baúl de tamaño, ya sabes, finito.
No hay tiempo... Los filtros digitales , la planificación celular, programación descriptiva, redes de conmutación... Todos requieren su ración de tiempo y energía. No puedo abrir otro frente más, lo no-académico debe estar en segundo plano.
Overflow. Así es como llamamos a la saturación, al momento en el que se empiezan a perder cosas. Si tienes suerte llegado ese punto, simplemente no entra más. Si no tienes suerte: chop, se te mezcla todo y aliasing. A hacer puñetas.
Y pensar que me quedan aún 2 años. Yo de ésta no salgo cuerdo.
Mmmm... No sé cómo hay que plantear el asunto para que todo fluya y no haya que escindirse entre lo académico y lo personal, para que no se entre en un estado de pánico cuando se rozan, funden y confunden.
ResponderEliminarYo no he sido nunca capaz, pero creo que sería más feliz si lo hubiera conseguido.
No puedes dividirte.
Heráclito no estudió una carrera, fijo. O sea que todo fluye, eh?
ResponderEliminar... y nada permanece.
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