Acabo de pelearme con mi hermano pequeño. Yo he sangrado y él lleva un par de moraduras.
Nah, que nadie se alarme, mi segunda confesión no es que sea un violento pega hermanos canijos. Es que es su forma de darme la bienvenida. Encima el chavalín, a sus 16, acaba de empezar a dar clases de Taijutsu y está que se flipa, ha tardado 10 minutos en intentar hacerme una llave estrangulante. No lo hace mal, al final he necesitado darle un par de mordiscos para que me dejase tranquilo (mordiéndome mi pobre labio inferior en el proceso, pero es que estaba en juego mi honra).
Ay, que después de dos meses sin verle ahora resulta que casi es tan alto como yo. Y casi tiene la misma fuerza. El día que me pueda mi hermano pequeño tendré que reconocer que oficialmente me he hecho mayor. Cielos.
PD: acabo de darme cuenta de que he escrito "Taijitsu". Quería decir "Aikido". La edad, es la edad.
Todos nos hacemos mayores pero gracias a eso conseguimos cosas más guays como: una hipóteca, unas deudas astronómicas, follones con los hijos y un largo etc...
ResponderEliminarEspera, eso no es tan guay... Solo se puede decir una cosa al respecto: OUCH!
¡Qué lindo! Sois como Itachi y Sasuke. Bueno, espera un momento. Eso no es deseable. ¿No se os pondrán los ojos rojos en el fragor de la batalla, verdad?
ResponderEliminarEs broma. Yo soy la pequeña de 5 hermanos y todavía recuerdo con emoción el momento en el que el mayor aparecía por la puerta para pasar unos días en casa después de una temporada en la Facultad. Mola.
Oooh!! Cuando mi hermano hacía Hapkido también practicaba conmigo las llaves nuevas que iba aprendiendo...
ResponderEliminar...
Aunque mi hermano tenía 20 años, no 16... y yo tenía 17...
Pero bueno, seguro que en Baile de Salón le das un repaso!
Eso de saludarse cariñosamente con secuelas físicas es de lo más normal. Mis hermanas y yo nos damos besitos y abrazos... ¡qué sosas!
ResponderEliminarYo soy la del medio, así que nunca me sentiré ni mayor, ni pequeña. Es lo que tiene.