viernes, 19 de junio de 2015

Aún

Leí  o escuché decir una vez que la adolescencia es una etapa difícil porque uno se está definiendo y buscando a sí mismo. ¿Eso implica que con veintilargos se ha parado? ¿Que ya te conoces y tienes tu brújula definida?  ¿Que estás en paz por que tienes una decisión que tomar en cada encrucijada, unos principios para vértelas con el mundo? Una forma de decir "soy como soy y esto es lo que funciona para mí".

No creo. Yo todavía me sigo buscando. No sé cual es mi camino. Ahora entiendo una o dos cosas sobre cómo soy, sobre lo que quiero y no quiero pero mis certezas se acaban ahí.

Por ejemplo.

Entiendo que soy libre, que quiero serlo. Que jamás voy a hacer o dejar de hacer algo que me parece correcto sólo por doblegarme.

Que mi ética es mía, que si no hago algo que pienso que está mal pero cuyos resultados me beneficiarían es porque realmente no me beneficiarían. No saldría ganando. Porque tendría que vivir conmigo mismo y no quiero ser esa clase de persona. Me quiero y me aprecio y no voy a destruir eso por un "error".

Me garantizo que nunca voy a limitar la libertad de otra persona. Que nada vale lo que no te han ofrecido por propia voluntad. Que aunque hay cambios y amoldes por un beneficio mutuo, en la mayoría de los casos se trata de un "o lo tomas o lo dejas". Si no sé querer a alguien por lo que es, mejor sigo buscando.

Creo firmemente que el daño no se justifica. No es una consecuencia obligatoria de las relaciones interpersonales, por mucho que se extienda que sí. Aguantaré los golpes que haga falta por alguien que me importa, pero no de alguien que me importa. El que golpea no se merece estar ahí.

Entiendo que tengo mi equipaje y mis irracionalidades. Yo también sufro de secuestros emocionales - si hasta le he puesto nombre al demonio que a veces se me lleva. Me debo controlarlo hasta el límite de mis posibilidades y algo más.

Entiendo, como digo, una o dos cosas sobre cómo soy, sobre lo que quiero y no quiero.

Pero sigo sin saber.

Hasta dónde se pelea por alguien que se va. Hasta dónde se perdona si la balanza está desbalanceada. No sé ver hacia qué lado se desbalancea - la viga en el ojo propio o en el ajeno. No sé aún cuándo actuar, cuándo parar, cuándo empezar. No sé si fue culpa mía, de la otra persona o de nadie. No sé si ya estoy preparado. No veo el final del camino, no sé qué voy a hacer en uno, cinco, diez años. Y aunque me he vuelto excesivamente bueno en no disminuir el paso - "tú es que todo lo tienes claro" - mi casa de ventanas rotas y madera agrietada sigue sin tener terminados los cimientos. Aún.

2 comentarios:

  1. No, la frase quiere decir que cuando acaba la adolescencia estás menos perdido, que algunas cosas ya están más claras. Y creo que es evidente en tu caso, ahí está las cosas que te mantienen anclado y te permiten seguir navegando. Esos son principios, ética personal. Los principios no te dicen dónde te llevará el camino, te ayudan a no perderte demasiado. Dónde te llevará el camino no lo sabemos ni tú ni yo y quien te diga que lo sabe, miente.

    La vida no es certeza. Es más bien incertidumbre. ¡Y no pasa nada! ¿Qué hay de malo en ello? Así que píllate la brújula, deja que mire hacia el norte (o hacia donde te guste más), siéntate y disfruta del viaje. Algunas tormentas llegarán solas, es impredecible, es incertidumbre.

    Finc.

    ResponderEliminar
  2. Ay, sigues por aquí, me alegro de leerte de nuevo :D

    Me gusta mucho mucho tu entrada, quizás porque ahora mismo se ciñe a mi situación.

    En mi caso no creo seguir en la adolescencia, pero sin embargo la única certeza que tengo con respecto a mi forma de relacionarme con el mundo, es que no es constante, y eso muchas personas lo relacionan con la falta de madurez típica de la adolescencia.
    Muchas veces he intentado crear principios y bases por las que regirme para poder caminar, creyendo que si estoy "definida", si se quién soy, qué quiero y cómo lo quiero, sería más seguro cada paso que diera. Pero no creo que sea así, y si es asi, estoy segura de que jamás alcanzaré ese nivel de definición.
    Y la verdad es que no se si quiero, me gusta ser imprevisible, aprendo mucho de mi misma y de las cosas que soy capaz de hacer y las que no. Sorprenderse a uno mismo es muy gratificante :)

    Un saludo y espero que no dejes mucho esto, aunque ahora en verano en realidad, deberías, que ya habrá días nublados que pidan sentarse calentito frente a la pantalla. ¡Los días de sol son para vivir en la calle!

    ResponderEliminar

Di "amigo" y entra