miércoles, 18 de septiembre de 2013

Naranjos

Solo tengo que pulsar el botón de "datos" y el mundo se calla. Ya está. Entonces, ni me vigilan los pasos, ni siento las anteojeras colocándose ante mí. Los jazmines no hacen ruído y el azahar no me exige nada a cambio de su compañía. No digo que las farolas no molesten, pero de ellas es fácil alejarse.

No es injusto que las parras se agiten, con el viento, ni me mienten alegando estar inmóviles. Las mismas constelaciones seguirán ahí el año que viene. Yo estaré en la misma calle, queriendo estar, queriendo que estén.

Silencio, sobre todo silencio. No hay ruído esta noche.

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