" (... ) Yo estoy roto y nadie va a venir a arreglarme, así que tendré que ser yo quien recoja mis pedazos y me recomponga, y cuando vuelva a estar armado me volverán a sobrar piezas, porque siempre me sobran piezas cada vez que me rehago prometiéndome a mi mismo que esta vez será la definitiva; porque ahora yo soy más fuerte, más sabio, más maduro. Yo celebro los callos de mi corazón porque quiero convencerme de que evitarán que vuelva a sufrir, pero yo me miento a mi mismo... y en ocasiones hasta consigo engañarme. Pobre yo. (...) "
Fuente.
Madre mía...
ResponderEliminarNo se me asuste usted, señorita Finc!
ResponderEliminarBien por ti!, pero no creo que tengas que agradecerlo a tus genes, simplemente es amor propio y sentido común: cuando alguien te trata mal a propósito es que no te quiere o se quiere demasiado a si mismo. Lo mejor es alejarse.
ResponderEliminarMe encanta este texto por que yo últimamente ando dándole vueltas a lo mismo: ¿Por qué en una relación de dos (pareja o amigos) parece que siempre tenga que haber un dominante y un sometido?
Ups! me confundí
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