Maldito yo, pero lo hice. Todo lo que me pediste, todo lo que gritabas y yo no escuché, y aún así lo hice. Por imbécil, ya lo tienes que saber, ya lo sabías entonces. Cumplí, digo, te abracé tan fuerte que pensaste que no te volvería a soltar, y te solté tan bruscamente que te diste cuenta de que jamás íba a volver a cogerte. Que no te suenen las palabras.
Hoy, me han cuestionado que sea humano y necesitaba saber, así que abrí la caja de los recuerdos afilados y metí la mano hasta el fondo. El resultado, salta a la vista.
... Uhm...?
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