martes, 4 de julio de 2017

Colibrí

Hay un colibrí en mi ventana, no sé de donde ha venido. Es un borrón de movimiento, aleteos y trinos. ¡Qué bonito!

Al tiempo me doy cuenta de que algo no marcha bien con mi amigo. A ratos se detiene, a ratos pía bajito, a ratos se posa, suspira y calla. Al tiempo me doy cuenta de las cicatrices y callos en las alas, el pecho y las patas. Heridas de gritos y jaulas, heridas mal curadas por no parar. Entonces siento la tentación de cuidarlo, cogerlo con las manos y pasarlo dentro para que cure. Pero pienso que aunque fuera - fuéramos - felices, ¿no estaría ofreciéndole otro tipo de jaula?

Así que con papel, palabras y mimbre le tejo unas nuevas alas. "Prueba con estas mientras curan las tuyas".

Una estación y las heridas se van. Salvo las del pecho, pero al menos cierran bien y ya no le roban el aliento ni la mirada. Se van las heridas y le pregunto "¿ahora te vas?". Se hacen un borrón las alas

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Di "amigo" y entra