domingo, 30 de agosto de 2015

Art (Oscar Wilde)

 Cualquier obra de arte creada con el propósito de obtener un beneficio es malsana

"(...)  An individual who has to make things for the use of others, and with reference to their wants and their wishes, does not work with interest, and consequently cannot put into his work what is best in him. Upon the other hand, whenever a community or a powerful section of a community, or a government of any kind, attempts to dictate to the artist what he is to do, Art either entirely vanishes, or becomes stereotyped, or degenerates into a low and ignoble form of craft. A work of art is the unique result of a unique temperament. Its beauty comes from the fact that the author is what he is. It has nothing to do with the fact that other people want what they want. Indeed, the moment that an artist takes notice of what other people want, and tries to supply the demand, he ceases to be an artist, and becomes a dull or an amusing craftsman, an honest or a dishonest tradesman. He has no further claim to be considered as an artist. Art is the most intense mode of individualism that the world has known. I am inclined to say that it is the only real mode of individualism that the world has known. Crime, which, under certain conditions, may seem to have created individualism, must take cognisance of other people and interfere with them. It belongs to the sphere of action. But alone, without any reference to his neighbours, without any interference, the artist can fashion a beautiful thing; and if he does not do it solely for his own pleasure, he is not an artist at all.


And it is to be noted that it is the fact that Art is this intense form of individualism that makes the public try to exercise over it an authority that is as immoral as it is ridiculous, and as corrupting as it is contemptible. It is not quite their fault. The public have always, and in every age, been badly brought up. They are continually asking Art to be popular, to please their want of taste, to flatter their absurd vanity, to tell them what they have been told before, to show them what they ought to be tired of seeing, to amuse them when they feel heavy after eating too much, and to distract their thoughts when they are wearied of their own stupidity. Now Art should never try to be popular. The public should try to make itself artistic. There is a very wide difference. If a man of science were told that the results of his experiments, and the conclusions that he arrived at, should be of such a character that they would not upset the received popular notions on the subject, or disturb popular prejudice, or hurt the sensibilities of people who knew nothing about science; if a philosopher were told that he had a perfect right to speculate in the highest spheres of thought, provided that he arrived at the same conclusions as were held by those who had never thought in any sphere at all - well, nowadays the man of science and the philosopher would be considerably amused. (...)"

sábado, 29 de agosto de 2015

La trampa del Carpe Diem

Me produce un tipo especial de tristeza aquellos que se esfuerzan tanto en ser libres que dan la vuelta y vuelven a caer encadenados, sin saberlo. La sociedad/educación/cultura/familia nos restringe comportamientos, a través del "qué dirán" nos intenta impedir hacer tanto como querríamos. Todo el mundo sabe lo que es un "buen chico" o una "buena chica".

Lo que a veces se nos escapa es que la idea de "persona que no sigue ninguna regla y vive al limite" tambien está preconcebida e impuesta de antemano. ¡Seguir ese rol al pie de la letra sin tener en cuenta la propia personalidad, proyectos e ideas, es una trampa también! Solo que más insidiosa, porque la persona - al menos al principio - piensa que ha cortado todas las cuerdas.

" Arriésgate todo lo que puedas. Entrégate a todo el que lo busque. Que el hacer daño a los demás no te detenga. No pienses nada de lo que dices. Abandona aquello que has conseguido con esfuerzo y lánzate a todo lo nuevo." Nos empujamos a hacer cosas que en el fondo no queremos hacer. Pensamos que ese "no querer" viene por la costumbre, que llevamos las cadenas puestas y las debemos romper. Que si no las hacemos no nos libraremos de ese malestar que nos acompaña, ignorando la verdadera fuente, aquello de lo que huímos.

Así que nos obligamos a ir más allá de lo que somos, una y otra vez. A fallarnos sistemáticamente. Por rabia, corremos hacia delante, lejos de la zona de confort, pero lejos de lo que somos también. Ignoramos las señales de advertencia de nuestro "yo" más profundo, pensando que es otro enemigo a abatir.

Poco a poco la sensación de vacío se acentúa. Nadie escapa indemne de fallarse y nadie es ignorante completamente de que lo está haciendo, de que se está perdiendo poco a poco. Demasiado tiempo con esta actitud y la persona se rompe.

Para mí, y esto ya es mi propio concepto (ahí está la gracia, el concepto de libertad nace de cada uno), el ser libre es hacer exactamente lo que a uno le hace feliz, no hacer menos por el "qué dirán" ni más por tener que demostrar nada a nadie. Salirse de la zona de confort, pero no salirse de nosotros mismos. Yo, porque soy libre, elijo lo que quiero hacer... y también lo que no quiero hacer. Y precisamente en esa elección radica mi libertad.

Pararse, pensar. Coserse los descosidos (nadie lo va a hacer por ti). Y una vez esté todo claro, por doloroso que haya sido, continuar.

miércoles, 26 de agosto de 2015

Momentos

Es una veterana. Es una niña. Se contonea, seduciendo, bailando, le puede el freno de mano y se encoge al girar. Inicia duelos de miradas, te gira la cara, graba sus vetas marrones en tus pupilas. Aparece con vestido de los domingos y sombra morada de ojos, uñas a medio pintar, coleta alta y pantalones cortos para correr tras el balón. Salta, sonríe, ruge, entra y atraviesa la jaula.

No decidas por ella, coge la iniciativa, habla claro, interpreta, atrévete, espera, guarda silencio, habla. Es un tira y afloja, un aléjate de mí, un ven a pasar el invierno.

lunes, 24 de agosto de 2015

¿Bailas?

La recompensa a ¡nada!
Son mejillas arreboladas, ternura,
los tres premios mayores:
un texto, una canción, un recuerdo.
No hubo ni táctica ni estrategia, sutiles dardos
o tira y afloja;
no hubo ni pico ni pala
ni derroche de ingenio.
Sólo hubo -intencionado, confieso-
un ligero toque en el cuello, obligado por otro lado. El resto
fue deslizarme (camisa) ladera abajo

No habrá "semanas después...", reproches, celos,
encuentros sin desencuentros. No.
Si acaso alguna vez
volvemos a encontrarnos
será como si nada, como si todo de nuevo.
¿Bailas?

jueves, 20 de agosto de 2015

De la importancia debida (7 años después)

Hace 7 años, a la edad de 20, escribía...

De la importancia debida (o idiotas y felices).

Algún día conseguiré que me importen las cosas tan poco como a los demás. Ese día seremos felices. Idiotas, pero felices. Así a lo mejor dejo de irme a dormir con ganas de romper algo.

Nunca he sido de los de morderme la lengua (ya sabéis, por aquello de no envenenarme). Yo soy más de escupir, aunque procuro no darle a nadie. Pero de un tiempo a esta parte le enseño los colmillos a demasiadas palabras y hechos y tampoco soy así. En la indecisión, mejor morder bien fuerte y tragar. Que sea lo que quiera ser.

Con 20 años y aprendiendo a contenerme, o a volverme gris. Mira: ¡estoy madurando! Menudo partidazo voy a ser cuando lo consiga. Dejaré de llorar para mamar, y a lo mejor recupero algo de la autoestima que lucía cuando la recompensa a ser como soy eran noches enteras.

Puedo ser un perrito perfecto. El amigo que alaba todo lo que haces, el novio que no se queja de nada, el compañero que lo da todo sin que se note. Cuando sea tan gris que me camufle con mi entorno, seguro que todo va mejor.

Pero... ¿al menos podré ser yo cuando escriba? Pregunta autoconclusiva. 


Hola, yo del pasado. Lo conseguiste, pequeño. No esa versión florero con la que ironizabas, no. Lo conseguiste por el buen camino. El secreto no estaba en aguantar los golpes, estaba en no estar. En solo preocuparse por ese 1% de cosas por las que sí merece la pena preocuparse. Para el resto: be water, my friend. Formless, shapeless. Moverte ligero por la vida, por el camino que quieras, apartando las piedras a puntapiés. Autoestima: en proceso, pero mucho mejor que antes: ya nunca nunca nos alcanzan en el centro.

Enhorabuena, lo conseguiste. Gracias por traerme hasta aquí.

martes, 4 de agosto de 2015

Enrocarse con los años

Hace 6 años

Mmmmm

Va, no, empiezo de nuevo:

Por mucho que cumplas 19, 20, lo que sea, la carita de niña guapa no te la quita nadie . Y te queda muchiiiiiisimo para que (...) Y tus ojos? Esos ojos de corderita del color de la coca-cola? Se nota que te echo de menos? =( desvarío

Que te quiero mucho baby! Y que tengas un muuuuy buen año y te puedo dar por saco dentro de 365 días con tu patito!

Ñoño, estúpido. Sincero, real. Ahora que soy un aprendiz en el Juego, no se si volvería a ponerme en la línea de esa forma. 

No solo aprendo con la edad, se ve, desaprender está a la orden del día.

Lo mejor para la tristeza

Lo mejor para la tristeza --contestó Merlín, empezando a soplar y resoplar-- es aprender algo. Es lo único que no falla nunca. Puedes envejecer y sentir toda tu anatomía temblorosa; puedes permanecer durante horas por la noche escuchando el desorden de tus venas; puedes echar de menos a tu único amor; puedes ver al mundo a tu alrededor devastado por locos perversos; o saber que tu honor es pisoteado por las cloacas de inteligencias inferiores. Entonces sólo hay una cosa posible: aprender. Aprender por qué se mueve el mundo y lo que hace que se mueva. Es lo único que la inteligencia no puede agotar, ni alienar, que nunca la tortura, que nunca le inspirará miedo ni desconfianza y que nunca soñará con lamentar, de la que nunca se arrepentirá.
Aprender es lo que te conviene.
Mira la cantidad de cosas que puedes aprender: la ciencia pura, la única pureza que existe. Entonces puedes aprender astronomía en el espacio de una vida, historia natural en tres, literatura en seis.
Y entonces después de haber agotado un millón de vidas en biología y medicina y teología y geografía e historia y economía, pues, entonces puedes empezar a hacer una rueda de carreta con la madera apropiada, o pasar cincuenta años aprendiendo a empezar a vencer a tu contrincante en esgrima. Y después de eso, puedes empezar de nuevo con las matemáticas hasta que sea tiempo de aprender a arar la tierra

Gracias a Lía por el texto