Que yo que sé. Que no me doblo. No es más fuerte el que más golpes da, sino el que más golpes aguanta. Y otra cosa no, pero fuerte soy desde pequeñito. Me reía siempre, por enfermo que estuviera, aunque apenas pudiera mantenerme erguido sobre el sofá del que me colgaban los pies, que aún ni me llegaban al suelo. Me reía y era feliz.
Ahora ya nunca me rio así, como si fuera posible hacerlo cuando ya se ha rodado un poco. Pero sigo de pie pase lo que pase, bailándola igual contigo que sin ti, sin ser vencido. No me he vuelto malo, me he vuelto real. Aquí todo se somete a las leyes físicas.
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Di "amigo" y entra