"Así, cada vez que Lester lograba reunir un poquitín de pasta, compraba
más lengüetas y las cortaba de diversas formas. También se compró un
saxo nuevo, creyendo que con eso alcanzaría un estupendo tono grave.
Pero su timbre nunca fue más amplio. No estaba destinado a tocar igual
que Chu y pronto dejó de intentarlo.
Todos tienen que ser diferentes.
No puedes copiar a alguien con la esperanza de funcionar mejor. Si
copias, trabajarás sin verdaderos sentimientos. Y sin sentimientos, todo
lo que hagas equivaldrá a nada.
En toda la Tierra no hay dos personas idénticas, y lo mismo tiene que suceder en música, de lo contrario no será música.
Nunca
olvidaré a ese español maravilloso, Pau Casals, que una vez tocó el
violonchelo por la tele.
Cuando terminó de interpretar a Bach, lo
entrevistó una pollita norteamericana.
-Cada vez que lo toca lo hace de manera distinta - dijo efusivamente la entrevistadora.
-Tiene que ser distinta -dijo Casals-. No podría ser de otra manera. Así es la naturaleza, y nosotros somos naturaleza.
Ya ves, ni tú mismo puedes ser como fuiste, para no hablar de ser como otro.''
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