lunes, 12 de diciembre de 2016
Disfuncionalidad
Hago cosas retorcidas. Estrictamente legales, no malvadas, pero antinatura. Que me convencen de que los que me acusan de robot tienen razón, que soy disfuncional. Porque he entendido que si exterminas los sentimientos positivos, las ilusiones, lo malo deja de doler también. Después paso el resto del tiempo ayudando a los demás en la medida que puedo, más allá de lo que las convenciones consideran normal. Así calmo mi conciencia, pongo el peso en el otro lado de la balanza. Sigo adelante. Sin dolor, sin ilusión, con la conciencia tranquila, en paz.
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