Entre dos personas que se importan mutuamente, el "poner distancia" es uno de los actos más graves que se pueden llevar a cabo. Los enfados, los piques, los malentendidos. Las borderías, el hacerse daño con causa justificada o porque sí. El desaparecer súbitamente sin motivo. El no entender las necesidades del otro, no escuchar. El orgullo. Etc, etc. Son todo males menores al lado de "poner distancia". Aparentemente está socialmente aceptado todas esas formas de hacerse daño que son parte del día a día, del ser humano. Todo el mundo se lo hace a todo el mundo, ¿no?. Hay que aceptar la cuota de daño inevitable que viene con el contacto con otra persona. Estamos acostumbrados al portarnos mal y el castigo: un tiempo sin hablarse, daño frente a daño, discusiones, gritos.
Como en el fondo lo comprendemos, precisamente una de las acusaciones con más fuerza que se puede hacer a otra persona es "te noto distante". Si es la distancia la que mata las relaciones, será el que ha puesto distancia el responsable último de la ruptura. Con esa acusación responsabilizamos al otro de la última traición. "Fuíste tú"
Caso de las relaciones, el más evidente. ¿Quién suele ser el que le pone final? El que corta. Claro está. No el que ha envenado silenciosamente la relación. No el "alma libre" que quería pero no supo demostrar o que, sí, tenía sus momentitos malos de destrozar al otro. No, el que acaba con la relación, el que tira la toalla, es el que corta. Porque como todo el mundo sabe, hacerse daño es parte de las relaciones. Pero es cortar lo que las mata. ¿No?
Caso del ser amigos. ¿Quién es el que cortó el contacto? El que dejó de avisar cuando iba a la ciudad. El que no llama para quedar. El que tiene otros planes. ¿Verdad?
Caso del empezar a conocerse. Bueno, de esto ya he hablado mucho en los últimos meses.
Supongo que es evidente donde quiero llegar. No me parece que el responsable de que las relaciones se acaben, de que se pierdan las amistades o se deje de conocer a alguien sea el que toma la decisión evidente y visible. A veces sí. A veces es cobardía y falta de fe, dejas de creer en algo o no te conviene y en vez de hablarlo simplemente lo dejas caer. Pero otras veces te mataron por dentro hace tiempo, no atendieron tus propias necesidades o hicieron daño más allá del límite, y no te han dejado otra opción que irte. ¿Y quién puso distancia entonces? ¿Yo, por irme? ¿O quien puso el agujero, el muro, el alambre de espinos en primer lugar? Quien cada vez que quedan los amigos convierten al diferente en blanco de hachazos. Quien olvida que su pareja, por mucho que se haya comprometido a ser paciente y tolerante, es una persona a la que se debe cuidar.
Quien deja de ver que el otro, aún en etapas tempranas, tiene libertad con la que puede responder al "pasa por aquí o vete" diciendo "adios".
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