¿Oyes algo? No, ¿verdad? ¿Sabes por qué? No hay ruido. No hay presión, expectativas, dudas, desconfianza. No hay urgencia, ni intensidad. No tienes que repartirte o estirarte. Es la calma lo que suena.
Recuerda a la soledad, lo sé, son las dos caras de la moneda. Aunque ahora creo que nos va gustando más. En este silencio puedes escucharte, respirando despacito. No es intenso, pero es bonito. Nos recuerda al mar.
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